La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) presentó ayer en Bariloche al satélite SAC-D Aquarius, definido como un observatorio para el océano, el clima y el medioambiente.
El satélite fue exhibido en los laboratorios donde está siendo ensamblado, que pertenecen a la empresa Invap, la contratista que elaboró la plataforma sobre la que van montados los instrumentos y fue la encargada de la integración y los ensayos finales del satélite.
Durante la presentación, el canciller Jorge Taiana consideró al SAC-D como "un hito en el desarrollo del conocimiento argentino" y destacó que será "una herramienta fundamental para el desarrollo socioeconómico y productivo del país".
El SAC-D -cuarto satélite argentino- es un proyecto de colaboración entre la CONAE y la NASA, de los Estados Unidos. Su objetivo principal será estimar la salinidad de los mares y los océanos de todo el planeta.
Esos datos de salinidad, junto a otros que relevará el instrumental que lleva a bordo, ayudarán a mejorar los modelos climáticos, al vincular con mayor precisión la circulación oceánica, el ciclo del agua y el clima.
Se espera que el SAC-D produzca una suerte de revolución en la predicción climática, lo que tendrá impacto concreto en diversas actividades. En la Argentina los pronósticos colaborarán en el desarrollo agropecuario al anticipar años secos, húmedos y otras variables climáticas.
Otra de las funciones del SAC-D Aquarius será brindar datos acerca de la humedad del suelo, los que van a ser empleados en la producción de alertas tempranas de inundaciones y también en salud en la aparición o dispersión de enfermedades.
Si bien los principales socios del proyecto son la CONAE y la NASA, colaboran el Centre National d´Etudes Spatiales (CNES) de Francia, la Agenzia Spaziale Italiana (ASI) de Italia, la Canadian Space Agency (CSA) de Canadá y el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) de Brasil.
El satélite transportará ocho instrumentos montados sobre una plataforma. El principal es el Aquarius, aportado por la NASA, que medirá la salinidad superficial del mar y humedad de suelo.
La agencia espacial de los Estados Unidos también tendrá a cargo el lanzamiento del satélite a mediados de diciembre desde la base Vanderberg, en California.
Por su parte la CONAE desarrolló cinco de los restantes siete instrumentos que integran la carga del satélite. Los otros fueron aportados por Italia y Francia.
Junto a la CONAE participaron en el desarrollo la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Tecnológica Nacional, el Instituto Argentino de Radioastronomía y el Centro de Investigaciones Opticas, ambos del Conicet. Se sumaron las empresas DTA y Consulfem.
"Detrás de todos estos desarrollos hay mucho cerebro y mano de obra nacional trabajando en temáticas que están en la frontera del conocimiento", dijo a Clarín Sandra Torrusio, investigadora principal de CONAE, quien calificó al satélite como "uno de los más desarrollados del mundo".
Una tradición espacial
Los proyectos de la CONAE se desarrollan de acuerdo al Plan Espacial Nacional, una estrategia que se elaboró teniendo en cuenta requerimientos socioeconómicos y productivos del país. De acuerdo a ese plan ya fueron puestos en órbita tres satélites: el SAC-A, el SAC-B y el SAC-C. Y se vienen el SAC-D Aquarius, que será lanzado a fin de año, y el Saocom 1A Y El Saocom 1B.
El SAC-B fue puramente astronómico, mientras que el SAC-A sirvió para ensayar sistemas ópticos y de energía. Con la experiencia de esos dos fue construido el SAC-C, de monitoreo del ambiente terrestre y marítimo. Los Saocom servirán para prevención de catástrofes. El SAC-D Aquarius es mucho más sofisticado que los puestos en órbita. Pero, al igual que el SAC-C, será comandado, monitoreado y controlado desde la estación del Centro Espacial de Falda del Carmen, Córdoba. |
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