En dos meses el SAC-D terminará de ser ensamblado y partirá rumbo a Brasil, donde se le harán las últimas pruebas antes de lanzarlo al espacio, lo cual está previsto para fines de noviembre. Ayer el nuevo satélite argentino, que se construye en conjunto por la Conae y la NASA, fue visitado por autoridades argentinas y extranjeras.
La comitiva que visitó las instalaciones de la empresa rionegrina Invap, donde se construyó el satélite, estuvo encabezada por el ministro de relaciones exteriores, Jorge Taiana y asistieron también el ministro de Ciencia y Tecnología, Luis Barañao, y los embajadores de Estados Unidos, Italia, Brasil, Francia y Canadá, países participantes del proyecto.
El canciller afirmó que el cuarto y más importante satélite fabricado por la Conae "es un orgullo argentino". Destacó que la misión espacial "no es un hecho puntual, es parte de una política". "Tenemos un plan espacial 2004-2015 y se está cumpliendo", remarcó. Por su parte Barañao, se mostró entusiasmado con los avances logrados y dijo que la misión SAC-D/Aquarius "constituye un proyecto emblemático para Argentina".
El satélite constituye un observatorio espacial para el océano, el clima y el medio ambiente, para lo que cuenta con cámaras ópticas y térmicas, radiómetros de microondas y otros aparatos de avanzada. Será muy importante para medir los cambios en el mar que ocurren por el derretimiento de los hielos polares. También lleva instrumentos para estudios de la atmósfera y el espacio, como el monitoreo de desechos espaciales, y sistemas de colección de datos. La misión se denomina SAC-D/Aquarius, debido al más importante de los instrumentos que lleva a bordo, el Aquarius fabricado en la NASA, valuado en 200 millones de dólares, para estudiar el cambio climático global a través de la salinidad de los mares. Hasta la actualidad la salinidad marina sólo se conoce mediante mediciones realizadas en forma parcial, a través de embarcaciones y boyas. También proveerá datos sobre la humedad del suelo en grandes extensiones, de gran valor para la generación de alertas tempranas de inundaciones, y aportará información sobre enfermedades como la malaria, hantavirus, dengue y chagas.
El SAC-D (Satélite de Aplicaciones Científicas-D) será transportado en mayo a Brasil, para ensayos ambientales en el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais. Luego viajará a Estados Unidos para el lanzamiento desde la base de Vanderberg, en California. Irá al espacio con el cohete Delta II, el mismo que puso en órbita al SAC-C hace nueve años.
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