Los barrios miserables crecen en las ciudades de todo el mundo y la cifra llegó a un récord de 827,6 millones de personas que residen en caseríos indigentes, según el último informe bianual de las Naciones Unidas (ONU) sobre el estado de las ciudades. Sin embargo, a contramano de este avance, la Argentina se convirtió en uno de los tres países con mayor éxito de América latina en la reducción de la miseria, por haber logrado reducir la proporción de habitantes de villas de emergencia en más de un tercio en este período.
Según la agencia especializada de la ONU en la gestión y el desarrollo integral de los asentamientos humanos (ONU-Hábitat), se debe a una mejoría en las viviendas y a un mejor acceso al abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento.
En América Latina, el 23,5% de la población urbana vive en la miseria, aunque 30 millones las abandonaron hacia una mejora en la calidad de sus hogares. Las otras dos naciones que, además de la Argentina, lograron máximos progresos en la materia son Colombia y la República Dominicana. Mientras, Guatemala, México, Nicaragua y Perú redujeron entre 21% y el 27% la cantidad de personas en villas miseria, mientras que en Brasil dejó las favelas un 16% de su población.
En la última década, los nuevos habitantes de las villas fueron 50,9 millones de personas en todo el mundo, y unas 227 millones consiguieron salir de éstas. La ONU destaca el dato como una superación de uno de los objetivos de desarrollo del Milenio (sacar a cien millones de personas de la miseria absoluta hasta 2020), uno de los ocho que marcó el organismo en 2000.
El resto del resto del mundo. El África subsahariana lidera las estadísticas, con 199,5 millones de habitantes de barrios marginales, equivalentes al 61,7% de la población urbana de la región. Le siguen Asia oriental, con 189,6 millones de habitantes, América Latina y el Caribe con 110,7 millones, Asia suroriental con 88,9 millones, Asia occidental con 35 millones, África septentrional con 11,8 millones y Oceanía con seis millones.
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