El Día Mundial del Agua se celebra este lunes 22 de marzo--día reconocido por las Naciones Unidas para llamar la atención a la crisis del agua que enfrentamos. Alrededor del mundo, 884 millones de personas carecen de acceso a fuentes de agua potable mejoradas, casi todas en países en desarrollo.
La calidad del agua en nuestro planeta está en crisis debido principalmente a la actividad humana. La urbanización, el uso de productos químicos y contaminantes y el mal manejo contribuyen al deterioro de la calidad del agua.
El cambio climático también ha exacerbado esta crisis. Sequías severas y prolongadas secan el suministro de agua en regiones áridas y los desbordamientos de aguas residuales causadas por fuertes lluvias que saturan terrenos y descargan sedimentos, nutrientes, patógenos, y plaguicidas.
Pero la mayor fuente de contaminación es la falta de saneamiento. El 39 por ciento de la población mundial--2.6 mil millones--carece de un sistema de saneamiento adecuado. La situación es más grave en países del Sub-Sahara en África y el sureste de Asia (Papua, Cambodia, Afganistán, Bangladesh y la India) donde el 44 por ciento de la población (aprox. 1.1 mil millones) aún defeca al aire libre.
Como consecuencia de esta práctica, bacterias y patógenos contaminan el abastecimiento de agua. Los niños son particularmente vulnerables a estas enfermedades transmitidas por el agua ya que beben grandes cantidades de agua en proporción a sus pequeños cuerpos y sus sistemas inmunológicos no están equipados para luchar contra las bacterias como e.coli, giardia y las bacterias de fiebre tifoidea. Más de 2 millones de niños mueren por estas enfermedades cada año, y el 90 por ciento de ellos son niños menores de cinco años.
Afortunadamente, mejoras sencillas, como letrinas de pozo de excavación y el tratamiento de agua potable con cloro, filtros y otras tecnologías existentes pueden salvar millones de vidas. El desafío es adoptar las estrategias adecuadas en los lugares apropiados ya que las necesidades varían de país a país.
El objetivo a largo plazo es proporcionar fuentes seguras de agua potable tratada y saneamiento para todos. El agua potable es crítica para la vida humana y como tal debe ser un derecho humano. Por esta razón, las Naciones Unidas designó el acceso al agua potable entre sus Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con la intención de reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y saneamiento básico.
El más reciente informe detalla el progreso de la Organización Mundial de la Salud y la Unicef hacia la meta y muestra avances positivos con el 87% de la población mundial, unas 5900 millones de personas, que disponen ya de fuentes de abastecimiento de agua potable. A este paso vamos a alcanzar, e incluso superar la meta del ODM respecto al agua potable. El progreso hacia el saneamiento, desafortunadamente no ha progresado a la misma velocidad.
En el 2005, el Congreso estadounidense codificó estas metas en ley al pasar el Acta de Agua para los Pobres del senador Paul Simon. El acta tiene como enfoque la provisión de agua potable y saneamiento mediante la integración de servicios de saneamiento de agua en todos los programas de desarrollo de los EE.UU. Pero el Congreso ha fallado en designar fondos para su ejecución.
Directora de La Onda Verde
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