Desde la entrada en operaciones de su primera etapa en 1977, el país no había demostrado tanta dependencia del Guri como hoy. Los niveles de su embalse, cada día contraídos, son seguidos por algunos ojos con rigurosa medición y por muchos más, con gran expectación y temor.
No es para menos. Desde el tercer trimestre del año pasado a la fecha, esta central hidroeléctrica -levantada en el Cañón de Necuima (estado Bolívar), 100 kilómetros aguas arriba de la desembocadura del generoso río Caroní-- ha perdido alrededor de 19 metros sobre el nivel del mar (msnm). La regleta o vara que mide las aguas del Lago de Guri marcaba ayer una cota de 252,07 metros, cuando en momentos óptimos de altas hidrologías, se ubica en 271 metros.
La impresionante infraestructura de esta represa, la tercera del mundo por su capacidad instalada de 10.000 megavatios (Mw), se ve quieta. De sus casas de máquinas no hay ferocidad en sus aguas ni torbellinos en su caudal por aliviar. Sequedad, aridez e incendios forestales rodean la presa. Por fortuna un rebaño de nubes -pesadas y ligeras, blancas y grises- juegan a las lluvias.
El ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez y el presidente de Electrificación del Caroní (Edelca), Igor Gavidia León, a pesar de la amenaza que persiste sobre el sistema, reiteraron que "no habrá colapso eléctrico en el país".
"Lo subrayo con letras bien grandes", añadió el ministro, en las instalaciones de la estatal eléctrica, tras un recorrido con periodistas, por la represa y sus casas de máquina I y II. "No olvidemos que es un año electoral" y "hay una exacerbación de planteamientos, de crear pánico en la población".
Gavidia dijo que "a principios de año pensamos que sí íbamos al colapso, pero a raíz de la medidas aplicadas por el Gobierno" de elevar la generación del parque termoeléctrico y de racionamiento eléctrico, "estamos construyendo una nueva curva y nuevos escenarios, que se elaboran con mediciones y proyecciones matemáticas diarias". Y estos cálculos ponen a salvo la continuidad del servicio eléctrico del país.
En su opinión el comportamiento del Guri llegará casi al ras de la cota de máxima seguridad, que es de 240 msnm, pero no la sobrepasará.
En detalle
Recordó el presidente de Edelca que el primero de enero la cota se situó en 261,54 metros, con un caudal promedio de aporte de 1.297 metros cúbicos por segundo y un caudal turbinado de 3.833 m3/seg. El primero de febrero se ubicó en 258 metros, con un caudal promedio de aporte de 754 m3/seg y 4.673 m3/seg turbinado. Y el primero de marzo la cota llegó a 254 metros, con un caudal promedio de aporte de 793 m3/seg -gracias a algunas lloviznas esporádicas- y un caudal turbinado de 4.936 m3/seg.
Sostuvo el funcionario que para el primero de abril prevén una cota de 249,59 metros, con un aporte de caudal de 850 m3/seg y 5.200 m3/seg turbinado; para el primero de mayo estiman que la cota llegue a 244,80 metros, similar a la que llegó en 2003, en medio de la crisis eléctrica. Sin embargo indicó que en esta oportunidad son mayores los requerimientos eléctricos, aún así, "la cota mínima que esperamos es de 241 metros para el primero de junio".
"Hasta ahora", afirmó, "las simulaciones nos dicen que pudiéramos estar llegando a esa cota; seguramente se habrán incrementado las lluvias y habremos incluido tantos megavatios térmicos que con toda seguridad elevaríamos el nivel de Guri en vez de su descenso".
A 238
Gavidia destacó, en compañía de trabajadores eléctricos, que "antes de 2002 se decía que la cota mínima podía ser la 248; en 2003 vivimos la cota 244,5 y ya desde ahí empezamos a conocer un poco más el comportamiento del embalse y de las máquinas en la práctica, y consideramos que más bien la cota mínima podía ser la 240".
"Con nuevas herramientas y conocimientos con técnicos brasileños, hemos llegado a la conclusión que en una situación de criticidad podríamos operar las unidades de ambas casas de máquinas, con una cota de 238", dijo.
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