Para la Organización de las Naciones Unidas, "la calidad del agua es tan importante como la cantidad". Sin embargo, en Catamarca, parecen no cumplirse ninguna de las dos características. A las denuncias sobre la calidad del agua que beben pobladores del interior catamarqueño, se suma ahora el reclamo de los intendentes de algunas comunas, quienes aseguran que "el agua está mal administrada". En medio de una larga lista de detalles sobre lo que consideran como mal funcionamiento del sistema de provisión del agua potable, los funcionarios aseguran además que "la Secretaría del Agua brilla por su ausencia".
En diálogo con El Ancasti, los intendentes de Icaño y Ancasti y algunos funcionarios de Andalgalá comentaron sobre la situación del agua potable en sus localidades.
Olga Santillán de Doro, desde Icaño, detalló los inconvenientes que están presentes en su municipio desde "hace más de 20 años". "El problema es que existe una mala administración del agua, es un desorden, el sistema no sirve. Los consorcios del agua son sólo organizaciones civiles que se manejan por pura voluntad de la gente, nada más. También tenemos 3 empleados que eran de la ex Obras Sanitarias, pero nadie los controla", dijo y agregó: "En Icaño tenemos una red para 276 usuarios y actualmente son 875 viviendas. Es fácil darse cuenta de que el servicio es pésimo".
Además, señaló que la morosidad en el pago es un problema, pero que igualmente no alcanzaría para solventar los gastos de ampliación de red o la energía que consumen las bombas de agua. "Sólo por mencionar un ejemplo, el agua en algunos pueblitos se hace aún por acarreo, pero la Secretaría del Agua no les paga a los camiones y surgen más problemas. Somos los municipios los que tenemos que salir a parar las broncas y cubrir los servicios", se quejó.
En cuanto a la calidad, detalló que los análisis los hacen ellos de vez en cuando y a veces "demoran más de 30 días en enviarnos los resultados desde la provincia". En tanto, disparó contra los funcionarios de la Secretaría del Agua, Salomón Laffi, Galván y Félix Mamaní, quienes "hace 20 años que están en sus puestos y conocen cómo es el problema".
Por su parte, Blanca Reina, intendenta de Ancasti, explicó que de las 14 localidades del departamento el municipio se hace cargo de 10. "Teníamos un convenio con la Secretaría del Agua para el sostenimiento de la red, pero no se cumplió durante muchos meses. Hace 10 días envié una nota a la Secretaría informando que, desde el primero de abril, mi municipio no se puede hacer más cargo del agua y no me respondieron. La decisión está tomada porque tengo que pagar el 15 por ciento de aumento a los empleados y estos 26 empleados que trabajaban en el área quedarán sin trabajo, pero yo no puedo sostenerlos más", aseguró.
Detalló también que por bimestre el consumo de energía de las bombas significa entre 3.000 y 4.000 pesos y la Secretaría del Agua ayudaba con cloro "a veces". También están los costos de mantenimiento de la red, como reparación de caños y reposición de otros elementos. "Tendría que tratarse la Ley de Aguas", dijo.
Un caso diferente parece ser el de Andalgalá. Julio Cecenarro, Jefe Comercial de la Dirección de Agua Potable de la comuna, explicó a El Ancasti que: "Todo el sistema de provisión de Agua Potable del departamento depende de esta Institución. La planta potabilizadora central, que abastece a los distritos centro, Huachaschi, Malli y Huaco está trabajando ahora en perfecto funcionamiento; como también las otras plantas menores: la de La Aguada, que abastece esa localidad y Julumao, y la de Chaquiago, que es de gran importancia para atender las necesidades de 600 viviendas. Luego, las poblaciones más alejadas, como el Potrero, Villa Vil, Choya, Amanao, tienen una atención de Centros Vecinales, por supuesto bajo la supervisión de las normas impartidas desde esta dependencia", dijo sin mencionar ningún reclamo. |
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