El curso de agua atraviesa esos barrios, y es por varios metros un lugar en el que se respira naturaleza por doquier.
El lecho del arroyo está acompañado de vegetación característica del bosque chaqueño.
Además, es el hogar de decenas de especies de aves autóctonas.
"Es uno de los últimos lugares con bosque chaqueño de la ciudad, junto con la Reserva San Martín, con la que conforma un corredor biológico", explicó el biólogo Juan Pablo Soria, vecino del lugar.
La movilización de los vecinos se dio en principio por el avance de urbanizaciones privadas sobre el cauce de El Infiernillo.
"Iniciamos expedientes en la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia, pero sin resultados", se quejó Enrique Barretto, presidente del centro vecinal de Quebrada de las Rosas.
Esa preocupación sigue latente, a la que se le sumó la contaminación por conexiones cloacales clandestinas.
El principal objetivo de los vecinos es la recuperación del arroyo y lograr la protección ambiental.
Para ello, pedirán al Concejo Deliberante que se incluya al curso de agua en el proyecto de ordenanza que crea un sistema de monitoreo y control en el río Suquía y en La Cañada.
La iniciativa partió del Foro Ambiental Córdoba y sigue en debate desde hace meses en el Concejo.
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