La falta de recursos hídricos en los países en vías de desarrollo y la pobreza son dos factores interconectados que se ceban con especial saña en la población infantil, que por estos motivos sufre enfermedades, subdesarrollo físico e intelectual y, muy a menudo, desnutrición.
Por este motivo, la ONG PLAN ha querido destacar en el Día Internacional del Agua, la importancia de aumentar el acceso al agua de calidad en estos países, ya que esta circunstancia tiene un impacto muy significativo en la reducción de enfermedades.
Además, repercute en aspectos aparentemente tan alejados de la salud como el absentismo laboral. En las zonas sin saneamientos adecuados, los más pequeños de la casa, en especial las niñas, se ven obligados a recorrer largas distancias hasta los pozos más cercanos (que en la mayoría de ocasones están a varios kilómetros de distancia) para llevar agua para beber, cocinar y asearse a sus casas en recipientes como jarras o barreños.
Esto les ocupa gran parte del día y les impide ir al colegio o disfrutar de una infancia normalizada.
Al hilo de los beneficios socioeconómicos, PLAN recuerda que la disponibilidad de agua incrementa la producción agrícola y ganadera de las familias, lo que sanea sus ingresos y mejora su calidad de vida en general.
Origen de conflictos violentos
Por otro lado, tal y como explica la directora general de PLAN en España, "la ausencia de recursos hídricos para consumo humano y para los cultivos es, además, motivo de conflicto entre las diferentes comunidades, provocando estallidos de violencia que trastornan gravemente la vida de los menores; esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en Darfur, donde gran parte del sufrimiento de la población se ha debido a la escasez de agua".
Como consecuencia de esta situación de pobreza y falta de recursos hídricos, más de 4.000 niños mueren diariamente en el mundo por diarreas y enfermedades evitables debidas al consumo de agua en malas condiciones higiénicas.
Más de 1.000 millones de niños en todo el mundo viven si acceso a una red de saneamiento que evite la contaminación y la aparición de enfermedades, una situación que contraviene uno de los Objetivos del Milenio (el número 7) establecidos para cumplirse en torno al año 2015 y que fueron aprobados por 189 países.
Acciones concretas
La contribución de PLAN a que este objetivo esté un poco más cerca ha sido la construcción de más de 6.000 fuentes, pozos y puntos de abastecimiento de agua limpia. Además, ha destinado fondos a la construcción de letrinas, alcantarillado y desagües para asegurar la retirada de las aguas fecales y garantizar la higiene y un entorno limpio.
Asimismo, esta ONG destina esfuerzos y financiación a programas de formación para que los habitantes de las zonas en las que trabaja comprendan la importancia de estas infraestructuras, sepan usarlas y mantenerlas y logren mejorarlas con el paso del tiempo.
Un ejemplo concreto de estos programas es el que se ha instaurado en el departamento guatemalteco de Alta Verapaz. El 84% de la población de esta zona vive en la probreza extrema y el 99% de la población estaba bebiendo agua contaminada.
Hasta ahora. Un proyecto financiado por esta ONG (saneamientos, letrinas ventiladas, colectores...) se ha propuesto evitar 2.000 casos de diarreas mortales al año y reducir la mortalidad infantil general en un 26%.
"Antes tenía que caminar 20 minutos y sólo podía traerme dos jarras de plástico. ahora es sólo presionar la bomba y ya lleno una palangana. Tengo más tiempo para atender mejor a mis hijos y mantener mi casa limpia. confío en que mi hijo no enferme tanto del estómago", resume Adela Xicoy, de la comunidad de Chiseb Sepoc, un lugar donde hasta que llegaron los saneamientos, había que recorrer grandes distancias para coger agua que, además, solía estar contaminada.
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