El Juzgado Contencioso y Administrativo de Bahía Blanca dictó una resolución, el 8 de febrero próximo pasado, mediante la cual intimó a la empresa ABSA para que acreditara, en un plazo de 10 días, las obras necesarias para evitar la persistencia de las emanaciones fétidas, del conducto pluvial ubicado en la intersección de Belgrano y Libertad, según expuso el doctor Daniel Juan.
En diálogo con "La Nueva Provincia" , expresó que ello se produjo bajo apercibimiento de aplicarle una multa de 150 pesos por cada día de retraso.
Juan expuso que la citada resolución fue firmada por el juez en lo contencioso y administrativo, Carlos Alberto Herrera.
Dijo que la citada resolución se la notificó a la empresa el pasado 11 de marzo del corriente año. "Y aún no concluyó el plazo que tenía la empresa para realizar las obras y poner fin a esta situación", expuso.
"Considero, desde el punto de vista personal, que dichos trabajos demandarán mucho más tiempo. Entonces, hay que ver qué hace la empresa para cumplir con la orden judicial. De lo contrario, tendrá que soportar el pago de la multa diaria que le impuso el Juzgado", manifestó.
Recordó que al estudio que integra junto a su esposa, Susana Urrutia, acudió un matrimonio (Mauril-Framartino), con domicilio en Libertad 208 del barrio Ciudad Atlántida, preocupado por un tema ambiental.
El abogado Juan expresó que, patrocinando a estos clientes, le pidió al Juzgado Contencioso de Bahía Blanca que "dicte una orden para que la empresa estatal ABSA no siga contaminando el ambiente: que dejara de volcar líquidos cloacales al conducto pluvial sin tratamiento previo".
"Tanto es así --agregó-- que ello genera un fuerte olor cloacal que sale por las bocas de tormentas, entre ellas la ubicada entre las calles Libertad y Belgrano. Eso provoca náuseas a quienes caminan por el lugar y dolores de cabeza. En definitiva, afecta a la calidad de vida de la comunidad", manifestó el abogado.
Juan comentó que, en primer lugar, dicho Juzgado ordenó el reconocimiento judicial de los hechos que se describieron y, el 7 de octubre de 2009, un funcionario judicial se hizo presente en el citado domicilio para constatar si lo que se expuso era cierto.
"El funcionario pudo constatar la verdad de esos hechos y entonces el Juzgado le dictó una orden a ABSA para que dentro de los 10 días arbitrara los medios técnicos necesarios para evitar la persistencia de las emanaciones fétidas del citado conducto pluvial. La resolución judicial la firmó el doctor Marcelo Fernández, juez en lo contencioso-administrativo", dijo.
"La empresa ABSA no cumplió con esa orden judicial. Y, simplemente, pretendió solucionar el problema colocando bolsas de arena para tapar las boca de tormenta, procurando que no saliera, así, más olor. Pero ello no era la solución y, además, generaba otro problema en los días de lluvia porque se anulaba la boca de tormenta", expresó el doctor Juan.
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