Cambiar la dirección de los subsidios del sector público, tender a la instalación de medidores domiciliarios y elaborar un plan de obras detallado son las líneas principales que explora el Enress para definir los cambios en las tarifas de Assa.
La resolución -que estudia emitir el Enress en cuestión de días- autorizará un aumento de tarifas, pero según parece será diferente de aquel que quería Assa y que presentara el ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente Antonio Ciancio.
Aquella propuesta de subas escalonadas (que sumaría 87% en el primer bimestre de 2011) fue la base de la convocatoria a las audiencias públicas que se celebraron en Rosario y Santa Fe, que provocaron algo inédito: que funcionarios y empleados de la empresa prestadores se vieran las caras con los usuarios y sus organizaciones.
Para convocar a las audiencias públicas, el Enress -según se admite dentro y fuera del Ente- forzó la interpretación de las normas provinciales que no contemplaron la participación de los usuarios cuando se privatizó el servicio. Ahora se verá cuán lejos llega a la hora de llevar a la práctica lo que allí se dijo. Las reuniones no fueron un simple ejercicio de catarsis pero es cierto que no tienen carácter vinculante.
Cruzar subsidios
De acuerdo con la información a la que accedió El Litoral habrá un aumento en las tarifas pero sus efectos no resultarían iguales para todos. La clave, los subsidios: hoy estos cubren a la totalidad de las facturas de la empresa estatal en el marco de una tarifa plana que no distingue entre clientes residenciales, comerciales o industriales (incluso en sectores que requieren como insumo agua potable).
La idea es que ahora sólo lleguen a quienes más los necesitan, es decir, una parte de los clientes residenciales.
Modelos de tablas según metros cuadrados cubiertos, por valor del inmueble y otras variables se someten a cálculos para definir a quiénes subsidiar y a quiénes no.
Límites
Los empleados del Ente Regulador de Servicios Sanitarios y los directores políticos del controlador buscan poder producir cambios de fondo en las tarifas, pero saben que deben actuar dentro de los estrechos límites de sus resoluciones.
Para hacer cirugía mayor con los cuadros tarifarios de Aguas Santafesinas Sociedad Anónima se necesita de la aprobación de leyes, cambiar el marco regulatorio de la concesión.
No basta con una resolución del ente -o eventualmente un decreto- para dar vuelta la taba de las boletas que responden a la lógica de un prestador privado, situación que terminó hace ya más de cuatro años. El llamado “período de transición” comenzó en febrero de 2006, por el decreto 243 que firmó Jorge Obeid y de cuyas líneas principales hasta ahora no se ha salido Hermes Binner.
Tarifa plana
En el Enress, en Assa y en el Ministerio de Aguas existe la información sobre cuánto cuesta el metro cúbico de agua potable a un usuario residencial de muy escasos recursos y cuánto ese insumo a las industrias.
La compra de agua “en bloque” proviene de la privatización de la Dipos, cuando las tarifas (en los primeros años de la concesión) cubrían los costos de producción y distribución del agua potable.
Con el congelamiento tarifario posterior a la salida de la convertibilidad en 2001-2002, tampoco cambió el valor del metro cúbico de agua potabilizada que usan las industrias que requieren ese insumo. Es más, la compra de agua en grandes cantidades ha gozado de tarifas más bajas que las de los usuarios residenciales.
No parece posible dejar atrás los cuadros tarifarios vigentes (que no distinguen entre categorías de clientes) sin una nueva norma legal. En las audiencias públicas sobre las tarifas de Assa de Santa Fe y Rosario, los reclamos más airados en favor de cobrar otros valores a las industrias provinieron de las organizaciones de usuarios, consumidores y vecinos.
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