Este lunes, a las 10, la ONG ambientalista Greenpeace vertirá a las aguas del Riachuelo una sustancia que teñirá de verde la superficie del río. Desde un gomón de Greenpeace que saldrá bajo el puente viejo Nicolás Avellaneda en La Boca, el artista plástico Nicolás García Uriburu, junto a un grupo de activistas de la organización, vertirá la sustancia.
Esta acción, denominada Utopía del Bicentenario (1810-2010) 200 años de Contaminación, se suma a su larga lista de intervenciones artísticas similares realizadas por García Uriburu, que comenzaron en 1968 cuando tiñó de verde las aguas del Gran Canal de Venecia.
"Esta es la primera vez que se realiza en el Riachuelo, uno de los ríos más contaminados del mundo, con el objetivo de llamar la atención sobre un gravísimo problema de contaminación ambiental que lleva dos siglos sin solución", explican en el comunicado de prensa.
Además de la intervención en Venecia, García Uriburu realizó múltiples coloraciones de aguas: el proyecto de Hidrocromía Intercontinental en 1970, donde unió el río Sena en París, el East River de New York, el Río de la Plata en Buenos Aires y el Gran Canal de Venecia; la coloración de los puertos de Amberes y de Niza, de las fuentes de Trafalgar Square en Londres, el contaminado río Rhin en 1981 junto al artista alemán J.Beuys, y las fuentes de Plaza Congreso y el Monumento a los Españoles, en Buenos Aires, para conmemorar el regreso de la democracia en 1983.
García Uriburu colaboró con Greenpeace en la protesta Proyecto Yaguareté, en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1999 y ese mismo año, en la performance “Basta de Contaminar”, en el Riachuelo; en 2003 participó en la acción “No a la basura nuclear” en el Palacio del Congreso.
La acción se enmarca también en la demanda que Greenpeace viene realizando a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo para que avance en el cumplimiento de la sentencia dictada por la Corte Suprema de Justicia que ordena al Estado nacional, al provincial y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sanear la cuenca. En este sentido, Greenpeace denuncia que, a 20 meses del fallo, no se han implementado políticas a nivel de toda la Cuenca que contengan metas y plazos concretos.
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