Aunque la tormenta de lluvia y viento del miércoles en la noche duró sólo media hora, las principales calles del Gran Mendoza quedaron convertidas en verdaderos ríos.
Más allá de la cantidad y la intermitencia de agua caída, el motivo real y categórico fue el colapso de las acequias. Y la culpa la tuvieron los residuos que obstruyen el normal tránsito del agua, ya que muchos mendocinos porfían en emplear ese sistema de drenaje como sumidero de basura de todo tipo de elementos y tamaño, coinciden en las comunas metropolitanas.
En este sentido, en Maipú –el departamento más afectado junto con un sector de Luján– indicaron que en el operativo de limpieza postormenta se recogieron en dos días 130 toneladas de basura de acequias, canales de riego y colectores aluvionales. En un día habitual, de esos cauces la Comuna levanta unas 42 toneladas de residuos que van a vaciaderos, ejemplificaron.
Entre el viernes y el sábado, en la limpieza posterior al vendaval los obreros municipales de Maipú llenaron camionadas con botellas, pañales usados, cartones de todo tipo, pero también singularidades como sillas y mesas, colchones viejos y hasta ollas y utensilios de cocina, detalló Olga Bianchinelli, a cargo de la intendencia de Maipú, quien anticipó que comenzará a sancionar a los vecinos y frentistas.
A propósito, José Salcedo, coordinador del Área de Servicios de la Municipalidad de Luján, resaltó que de las calles del barrio América (Carrodilla), dos o tres veces a la semana “estamos sacando heladeras, colchones, cocinas y eso quedó en la acequia arrastrado por el agua”.
El funcionario explicó que en ese departamento la tormenta tuvo dos zonas muy puntuales: Carrodilla y La Puntilla, donde no hubo grandes problemas con las acequias porque justamente esa semana se estaba haciendo limpieza.
Sin embargo, apuntó que hubo colapsos en los barrios 21 de Julio, Beghin, Mauricio, Loyola, calle Carrodilla (límite entre Luján y Maipú, donde hay un canal) y casi toda La Puntilla. “Por ejemplo, en las 48 horas siguientes a la tormenta, levantamos unas 40 camionadas (4 toneladas), de residuos en Carrodilla: tres veces de lo habitual”, manifestó Salcedo.
En Guaymallén, en tanto, la situación no fue muy grave, al igual que en Ciudad, Godoy Cruz y Las Heras. Pero por el caudal se desbordó el canal Pescara e inundó los barrios Virgen del Rosario y Virgen de Lourdes (Rodeo de la Cruz).
“Ahí la situación se empeoró porque aguas abajo había dos compuertas de Irrigación que estaban cerradas”, denunciaron desde la oficina de prensa de la Municipalidad guaymallina.
Aunque no pudieron indicar la cantidad de desperdicios que se levantaron de los cauces guaymallinos, en los días siguientes las cuadrillas comunales se tuvieron que reforzar 70% con personal de otras áreas para sacar toda la basura que había quedado en los diversos cauces.
Como síntesis, en todos los municipios consultados insistieron en la cultura ciudadana del cuidado, limpieza y mantenimiento de las acequias para evitar que las calles se conviertan en ríos y, en algunos casos, en verdaderos mares.
Repensar el desagüe
“En Capital no tuvimos que hacer ningún operativo especial”, señaló Laura Profili, secretaria de Infraestructura, Servicios y Ambiente, quien dijo que hubo desbordes de acequias, “pero por suerte estuvimos dentro de la normalidad”.
Humberto Mingorance, de Higiene Urbana de Godoy Cruz, dijo que desde hace un año se limpia las cunetas con mayor intensidad. “Ahora se trata de recomponer la vieja cultura de mantener mejor el frente de las casas limpiando las veredas y no ensuciando las acequias –expuso–. Pero también es cierto que repensar el desagüe de la zona metropolitana que ha crecido y cambiado culturalmente”.
En Las Heras, en tanto, hubo desbordes, “pero no fueron dramáticos”, aseveró Angel Villegas, director de Coordinación de Delegaciones Municipales, quien denunció que esa zona “suele haber arrastre de Ciudad, sobre todo en avenida San Martín y el gran flagelo es la botella de plástico”.
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