Para esta oportunidad, el sindicato aspira desarrollar una agenda de actividades desde ayer al 27 de este mes, para lo que propone al Concejo Deliberante de Paraná que se declare La Semana del Agua en esos días.
Entre los propósitos, aparece uno novedoso relacionado al destino final de las pilas utilizadas en la ciudad. Con el fin de “evitar que las pilas continúen contaminando el medio ambiente”, piden a la población que las junten, las introduzcan en una botella de plástico vacía y la acerquen a la sede gremial, ubicada en calle Salta 141, de esta ciudad.
Se busca que las pilas no contaminen el medio ambiente y en consecuencia, el agua, explicó Rubén Palacio, secretario general del sindicato, en diálogo con EL DIARIO.
A modo de incentivo, quienes acerquen pilas a la entidad recibirán un bono que les permitirá participar en sorteos, que se efectuarán ante escribano público en día y horario a determinar más adelante.
Las pilas recolectadas –detalló Palacio– serán enviadas a sitios en otras provincias para su tratamiento y deposición final. En Córdoba, Mendoza y Buenos Aires hay sistemas montados de depósito y asilamiento definitivo, informó el dirigente, quien describió el mecanismo: a la botella con las pilas se le agrega aserrín o agua y se las mete en un molde cerrado.
La campaña se extenderá hasta el 15 de mayo de 2010, fecha en la cual se conmemora el día de los trabajadores de Obras Sanitarias.
A LA BASURA. En Paraná, se supone que las pilas en desuso van a parar a la bolsa de la basura. Esta, a su vez, al Volcadero de residuos municipal, ubicado en un predio de la zona Oeste de la ciudad, casi a la vera del río.
Ante el alto nivel contaminante de las pilas en desuso, Palacio hizo hincapié en la importancia de informar y hacer conciencia en torno de la necesidad de preservar el medio ambiente y, por ende, el agua. Con ese marco, anunció que se iniciarán conversaciones en la Departamental de Escuelas para encauzar la iniciativa de poner pilas viejas en botellas entre los chicos.
Seguidamente, enmarcó la tarea en el slogan “Aguas sanas para un mundo mejor” que instituyó la ONU para este año. La intención es bregar no sólo para que haya cantidad de agua suficiente en el mundo, sino que tenga también buena calidad, interpretó el dirigente, quien se remitió a la situación local y dijo que en el gremio se plantearon qué podían hacer para ayudar a, por ejemplo, a evitar la contaminación. Así surgió la inquietud de encarar la campaña para tratar de que la gente no tire las pilas a la bolsa de la basura. “En otras partes del mundo, al fabricante de las pilas se lo obliga a reciclarlas”, ilustró.
Respecto del tema, el secretario de Medio Ambiente de la Comuna, Ricardo Goñi, había dicho a esta Hoja, en diciembre de 2008, que la eliminación de las pilas –acorde a metodologías específicas– era un tema pendiente de solución. Había mencionado, como una técnica que aparentaba dar buenos resultados en otras localidades, la de introducir las pilas en frascos de vidrio, recipientes que luego se colocan en bloques de hormigón del tamaño de los asientos de un banco.
OTRAS ACCIONES. Para la Semana del Agua, el gremio proyecta solicitar a organismos gubernamentales provinciales, municipales, entidades privadas, educativas, gremiales, ONG y vecinales, la colaboración en las tareas y los instará a iniciar actividades afines. También, se planean tareas de concientización, mediante la distribución de volantes y pasacalles relacionados al uso racional del agua y a la colocación progresiva de medidores de agua. Paralelamente, se pedirán sugerencias a la población para obtener mayores puntos de vista sobre el uso racional del agua y se organizarán charlas con la participación de especialistas en el tema. Entre las actividades, figura además la participación de los trabajadores en “la muestra de recuperación de cañerías de agua a desarrollarse en la ciudad de La Plata” en forma conjunta con la Federación Nacional de Trabajadores de Obras Sanitarias (Fentos).
CONSECUENCIAS. Tirar las pilas a la bolsa de la basura domiciliaria tiene consecuencias graves, se advierte desde distintos portales de Internet. Es que terminan en los depósitos de residuos –como el Volcadero–, o en otros sitios de la ciudad, si se pierden en el camino, tomando “contacto con lluvias que lavan los restos de las pilas y arrastran el mercurio que se filtran en la tierra y en las napas subterráneas causando la contaminación del agua”.
Además pueden terminar quemadas en basureros, lo que aumentaría “la contaminación por la generación de sustancias peligrosas y cancerígenas como son las dioxinas y furanos”, se lee en uno de los sitios.
Las pilas contienen varios contaminantes considerados peligrosos como zinc, cadmio, níquel, plomo y mercurio. La contaminación se produce generalmente por lixiviación, ya que el proceso electroquímico de las pilas no se agota cuando ésta deja funcionar, sino que continúa produciendo corrosión por diferencia de potencial, que deriva en la destrucción de la envoltura metálica.
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