Cada rosarino consume por día unos 550 litros de agua. Una cifra que casi triplica lo que indican los estándares internacionales, ubicados en 200 litros al día, y supera también la media de la provincia de 430 litros. Y hay más: de esa cantidad apenas un 5 por ciento responde al uso específico del agua potable como beber o cocinar alimentos.
Las estadísticas representan la cantidad de agua entregada a la red por Aguas Santafesinas SA (Assa) y marcan una tendencia de consumo que ubica a Rosario entre las ciudades más dispendiosas de la provincia. Un dato que no pasó desapercibido ayer, Día Mundial del Agua, en el marco de una serie de exposiciones que se desarrollaron en la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario e insistieron sobre la necesidad de cuidar el recurso.
Es que si bien la media provincial de consumo de agua es ya de por sí elevada, entre las 15 localidades donde Assa presta servicios hay marcadas diferencias. Mientras en Rosario se usan 550 litros por día por habitante, en la ciudad de Santa Fe se utilizan 450 litros y en Rafaela 300.
Capitán Bermúdez es la localidad más prudente: sus habitantes consumen 200 litros por día. La diferencia la marca el bolsillo, ya que en esa ciudad la mayoría de las conexiones tienen medidores, mientras que en Rosario la micromedición alcanza apenas al 15 por ciento de los usuarios.
Responsabilidades. Para el gerente de Relaciones Institucionales de Assa, Guillermo Lanfranco, el derroche es responsabilidad tanto del Estado por la falta de políticas de instalación de medidores “que generan conciencia, además del cuidado para pagar menos”, y de los usuarios que no valoran un recurso que resulta fundamental para la vida.
Durante toda la semana pasada la empresa participó de actividades de concientización que incluyeron charlas informativas, clases abiertas, proyecciones de videos obras de teatro y muestras de fotos. En cada una de ellas se recordaron acciones sencillas para cuidar el recurso, como la revisión periódica de canillas que gotean, reemplazar mangueras por baldes para limpiar veredas o regar plantas, y mantener el agua de las piletas mediante el uso de cloro o lavandina.
Imagen: Archivo Programa Infoagua |
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