El artista plástico Nicolás García Uriburu y la ONG ambientalista Greenpeace cumplieron su premisa de teñir de verde las aguas del Riachuelo en un acto que unió al arte con la protesta contra los retrasos en la intervención para sanear el espacio hídrico.
Ubicado a la altura de la Vuelta de Rocha, el pequeño grupo de activistas descargó en la mañana de hoy una enorme mancha de fluoresceína, una sustancia inocua soluble en agua que dio momentáneamente al río la apariencia del increíble Hulk.
La intervención coincide con el Día Internacional del Agua, con el objetivo de hacer foco tanto en el grave estado de contaminación del Riachuelo como en la necesidad de cuidar el recurso más valioso para la vida. La acción se relaciona también con la demanda que Greenpeace viene realizando a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) para que avance en el cumplimiento de la sentencia dictada por la Corte Suprema de Justicia que ordena al Estado nacional, al provincial y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a sanear la cuenca.
“Los países desarrollados contaminan el agua con fluídos tóxicos, derraman petróleo en nuestros mares y ríos, sin reparar el daño que ocasionan. Hace más de cuarenta años que intento dar una alarma contra la contaminación de ríos y mares, y es a través de mis acciones artísticas”, dijo García Uriburu, cuya primera coloración de aguas tuvo lugar en 1968 en el Gran Canal de Venecia.
En lo que respecta a medidas puntuales, la organización ambientalista reclama la implementación de un Registro Público Único de Sustancias Peligrosas para todas las industrias de la Cuenca. Además hace hincapié en la necesidad de establecer metas progresivas concretas de reducción de los contaminantes industriales, con el objetivo de llevar a cero vertido de sustancias contaminantes para el año 2020. |
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