(DyN) - La mayor parte de los 800 evacuados de la localidad santiagueña de Colonia Dora, inundada la semana pasada por el desborde del río Salado, habían regresado ya a sus hogares, pero la pérdida de la producción agrícola era casi total y había preocupación por la situación sanitaria.
Fuentes de Defensa Civil advirtieron que habían proliferado los mosquitos y otros insectos, a raíz de la gran humedad reinante en esa amplia comarca del sudeste provincial, que podrían afectar la salud de los pobladores urbanos y rurales.
Voceros del Ministerio de Salud de la provincia dijeron que la cartera envió una carpa sanitaria que se instaló en Colonia Dora para atender consultas por potenciales casos de diarreas y otros males vinculados con el consumo de agua contaminada.
Asimismo, se estaban controlando los pozos que abastecen a la ciudad, ante la probabilidad de que el agua del río se hubiera filtrado a las napas subterráneas.
Por otra parte, los cultivos de algodón, verduras y hortalizas quedaron bajo el agua, con lo que la economía de subsistencia de muchas familias fue quedó destruido.
El pico de la creciente del río Salado estaba llegando hoy a la localidad de Icaño y a otras pequeñas poblaciones aguas debajo de Colonia Dora, donde ya se levantaron bordos de tierra para evitar que el agua llegue a los cascos urbanos.
De todas formas, miles de hectáreas se van anegando y muchos campesinos llevaron a sus rebaños a sectores más altos para evitar que se ahoguen o que se queden sin alimento.
Por otra parte, el nivel del río Dulce comenzó a elevarse en las últimas horas debido a que desde el Dique Frontal de Río Hondo se estaba liberando más agua, pues el aporte de los ríos tucumanos llevó casi a la cota máxima el nivel del embalse por las lluvias que se produjeron en los últimos días.
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