Según vecinos de la zona de El Tropezón, emprendimientos inmobiliarios obstruyen el cauce del mencionado riachuelo, provocando cuando llueve un “embalse” que inunda barrios aledaños. La edil radical Olga Rista tomó legislativamente el reclamo, y pide al Ejecutivo Municipal explicaciones.
Finalmente tuvo un impacto legislativo un reclamo que, desde hace 2 años, vecinos y organizaciones vienen realizando por las inundaciones que se han registrado en los alrededores del sector oeste de la ciudad, conocido como El Tropezón.
Concretamente, la edil radical Olga Rista ingresó la semana pasada un pedido de informe en el Concejo Deliberante, que insta al Ejecutivo a dar cuenta de los factores que causan los reiterados anegamientos, y a explicar las acciones que se toman al respecto.
La hipótesis que barajan los habitantes de la zona y el ambientalista Wulf-Jürgen Von Lucken (trabaja junto con el centro vecinal Quebrada de las Rosas), es que los desbordes se producen por una alteración del curso del arroyo El Infiernillo.
Según infieren estos actores sociales, la merma en la capacidad de drenaje del sector tiene directa relación con nuevos emprendimientos inmobiliarios y corralones donde se depositan escombros (Ver apartados “Alto Villasol” y “Empresa Terralón”.
Es que, al parecer, se estaría infringiendo la legislación pluvial vigente al ganarle excesivo espacio al cauce, produciendo así taponamiento de la cuenca y generando las correlativas condiciones para que el agua de lluvia se “embalse” en la zona en cuestión.
Otro eje que se lleva a cabo es la seriedad de los estudios que consiguieron autorización municipal para las construcciones, que ahora estarían impidiendo el normal escurrimiento. También se pone en tela de juicio el control y fiscalización estatal de las obras en marcha. “Hay una realidad concreta: hace unos años esto no se inundaba de esta manera, y ahora sí”, lanza Pablo Penovi, un vecino que tiene una ferretería a la altura de Colón y Río Bamba.
Por su parte, Rista directamente da por cierta la responsabilidad de las empresas constructoras en el caso. “Los emprendimientos urbanísticos que se están realizando no respetan el medioambiente circundante, y pareciera que no hay un plan de intervención municipal que responda a su presentación”, asegura en los fundamentos del pedido de informe, aprobado el pasado jueves en el Concejo.
Ampliación de la reserva natural
Rista también aseguró a este medio que sus asesores ya están definiendo técnicamente lo que será un pedido de ampliación de la Reserva Natural El Infiernillo.
El documento, que debe ser aprobado en el Concejo Deliberante, tiene la finalidad de impedir que cualquier privado modifique, por ejemplo, el curso de agua.
"En caso de que posteriormente eso fuera controlado por el municipio, podría complicar el constante avasallamiento de algunos desarrollistas", afirmó la edil mestrista.
Alto Villasol (Gama)
Según sugiere quien fuera compañera de fórmula de Ramón Mestre en las últimas elecciones de intendente, uno de los mayores inconvenientes para la zona fue el advenimiento del complejo Alto Villasol de la empresa Gama, desarrollo aún en construcción casi frente a la rotonda de El Tropezón.
Como se observa en las fotografías aéreas aquí publicadas, existe una marcada diferencia en el curso de El Infiernillo, si se compara con lo que se ve en 2007 (cuando el proyecto no estaba comenzado) y lo que puede observarse en 2010. “Eso indicaría que se ha obstruido el cause, y eso justamente estaría provocando las inundaciones, que afectan a miles de personas. La gente paga con su calidad de vida la rentabilidad de privados”, afirma Rista.
Empresa Terralón
Junto con vecinos, este medio estuvo presente en un terreno aledaño de donde se construye Alto Villasol el pasado jueves por la mañana. Allí funciona el corralón Terralón, propiedad del empresario Esteban Speranza. En el lapso de 1 hora, fueron 4 los camiones que descargaron escombros sobre el borde cauce de El Infiernillo. En la foto que ilustra en esta nota, se ve claramente la acción. Debajo de la zona de descarga, es decir, donde van a parar los sólidos, se encuentra el arroyo.
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