Charly García está en su puesto de trabajo. Es otro Charly. También es famoso –pero sólo en Carlos Paz– por alquilar hidropedales en el lago San Roque entre los puentes Casaffousth y Central. Esta temporada estuvo más quieto que nunca: recién hace unos días pudo arrancar.
El lago, en su sector, se transformó desde agosto de 2009 en un río y sus embarcaciones quedaron varadas en tierra. La sequía le pegó duro. Con las últimas lluvias, el San Roque alcanzó los 34,27 metros y llegó a un nivel normal para la época: está hoy a un metro del nivel del vertedero. Charly respiró, al menos podrá alquilar los “hidro” en Semana Santa.
“No trabajé nada y me dediqué a hacer changas en parques y jardines”, dice sobre el raro verano que pasó. Pero no se queja. “Perdimos mucha plata, pero me acostumbré a no ir nunca contra la corriente y decidí no mover las embarcaciones hacia una zona de lago más abierto”, relata el dueño de Puerto Seguro.
Cuenta que pidió al municipio que contemple su situación y le reconozca parte de los impuestos que pagó mientras no hizo nada.
Juan Porcel es dueño de El Delfín, otro puerto de hidropedales ubicado en cercanías del Casino. “Hace recién unas semanas que empezamos a trabajar”, dice. “Todo nuestro negocio depende de dos meses, enero y febrero y un poco de Semana Santa. Y con todos mis colegas estamos mal porque los impuestos corren lo mismo, trabajemos o no. Hemos tenido una pérdida considerable y no somos gente de poder económico”, asevera.
“Es un negocio difícil de vender así que hay que hacerse cargo. Dependemos del clima, del agua, de los clientes y de la economía del momento”, acota sobre su actividad.
De vuelta al “puerto". Mientras, después de seis meses de estar rondando por distintos lugares de la costa del lago –buscando algo más de agua– los catamaranes volvieron esta semana a su puerto habitual, a metros del Puente Uruguay. El 21 de agosto de 2009 se tuvieron que mover por la sequía.
El lugar se transformó en una gran isla verde. “En 2009 faltaron dos metros más de lo común que suele bajar el lago”, sostiene Fabio Gómez, dueño del catamarán El Vencedor.
“Nuestro trabajo bajó alrededor del 80 por ciento este verano. Es decir que perdimos la temporada porque la gente no veía los barcos, no sabía que estábamos saliendo desde otro lugar”, asegura.
Con el lago ya “más normal” que se ve por estos días, ruega que llegue al verano que viene en mejores condiciones que el que pasó.
Los otros lagos
El Embalse es el único que supera el nivel del vertedero. El Cajón está a 40 centímetros; y Los Molinos, a dos metros. A La Quebrada le faltan 6,80 metros; a La Viña, 10; y 4,45 a Cruz del Eje.
La mugre de balnearios que no fue al tacho, ahora está en el lago
En febrero, este diario publicó una nota en la que mostraba la suciedad que dejaban los turistas a su paso por los balnearios del río San Antonio.
Caía el sol y las costas de los ríos serranos eran una postal de basura que hoy está depositada en el lago San Roque. Botellas, vasos, platos de plástico, paquetes de galletas y golosinas, más todo lo que a uno se le ocurra, puede encontrarlo en el lago, entre los puentes del centro, flotando sobre una capa verde, gredosa.
“Corremos riesgos con los troncos semihundidos, podés romper una hélice. Tenés que tener mucha precaución”, aseguró Fabio Gómez, del catamarán El Vencedor.
“Para que todo eso desaparezca tendrían que dejar trabajar el embudo”, dijo, al señalar que hace años que ese dispositivo no se usa.
Juan Porcel, de los hidropedales, señaló que esto es normal cuando llegan las crecientes. Y que todos los años pasa lo mismo.
“La gente es sucia porque deja botellas y basura en las márgenes del río. El problema más grande es lo que viene de los balnearios sobre el río”, sostuvo.
Para Charly García es una cuestión cultural: “Tiran de todo en los balnearios y todo eso viene a parar al lago”, apuntó.
“No se puede culpar a las autoridades de todo. Esto depende también de nosotros, de que mantengamos la limpieza”, acotó.
Relajados
Pasó la sequía. Las lluvias se atrasaron más de lo normal. También pasó la temporada de verano y a Carlos Paz le afectó que el lago estuviera tan bajo y además que esa imagen apareciera en los canales de televisión del país. Otra vez volvió a hablarse de una campaña en contra de esta ciudad y a favor de la costa atlántica. Es una queja que se escucha cada vez que se critica algo que pasa en Carlos Paz y que la mayoría de su gente desearía que no pase.
Las lluvias de marzo volvieron todo a la normalidad. Eso genera alivio y hasta relajación, que algunos interpretan como una manera de esconder la cabeza a un problema no resuelto, y que puede volver a repetirse.
Por un lado, apuran las tareas que deben hacerse para concientizar a los usuarios de Córdoba y sus adyacencias sobre el debido uso del agua. Por el otro, la necesidad de que exista de una vez una planificación a largo plazo de la provisión de agua para los nuevos barrios y ante el fuerte incremento de la construcción en las ciudades que dependen del agua del San Roque. “Le hemos sacado mucho y ya no da más”, apuntó el integrante de una ONG local sobre la demanda exigida al lago. |
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