La lucha contra la contaminación ambiental, sobre todo en la cuenca Salí-Dulce, es una de las mayores preocupaciones que tiene la Defensoría del Pueblo de la provincia. Para eso diagramó un trabajo que gira en torno a tres ejes: seguimiento de las distintas causas judiciales, participación mediática para instalar la problemática y por último, la exigencia de un mayor control a las industrias tucumanas por parte de los organismos competentes.
Una de las acciones previstas por el defensor Martín Díaz Achával es visitar junto a sus pares de la comisión de la cuenca Salí-Dulce, las plantas fabriles de la vecina provincia durante la época de zafra y constatar la veracidad de los avances en el tratamiento de los desechos, tal cual que informan las autoridades ambientales de Tucumán.
“Nos gustaría visitar para ver que tan es así y constatar que realmente se haya invertido en esa situación”, le manifestó.
Díaz Achával comentó que la comisión de defensores se reunirá durante la primera quincena de mayo en Córdoba y que seguramente habrá una visita a la localidad de Miramar, a la vera de la laguna Mar Chiquita, reservorio natural que sufre los efectos dañinos de la contaminación. Ésta será la antesala de la reunión que se realizará en Santiago ya con la zafra iniciada, “para que veamos in situ la situación”, rescató el funcionario.
Además, informó que junto al defensor de Tucumán, presentó una nota para participar en la próxima reunión del Comité de Cuenca. Explicó que el motivo será “pedir mayor celeridad en informes y la verificación de las tareas que vienen realizando las distintas industrias tucumanas”.
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