Un motivo de orgullo para los vecinos del barrio Unión y Fuerza de la ciudad de Maipú es la inauguración del servicio cloacal para la barriada, luego de no pocos esfuerzos y trabajo de más de dos años, concretando un operativo de gestión asociada con el municipio departamental.
El barrio que accede a esta fundamental prestación es habitado por 110 familias, lo que se traduce en unas 500 personas que llegaron a ocupar las casas del lugar en 1990, luego de construir sus hogares por ayuda mutua y como derivación de haber sido damnificados por el sismo de enero de 1985.
Tras varios años de vivir en la zona, los pozos sépticos empezaron a tener problemas y las incomodidades se hicieron frecuentes para los pobladores. Por eso muchos de ellos, junto con la unión vecinal, que encabeza el empleado de Correos, Hugo Aroca, dieron inició a las tramitaciones para conseguir la ansiada prestación sanitaria.
Hubo un primer intento en 2002, que fracasó por la carencia de fondos de un número importante de adjudicatarios; la iniciativa fue dejada de lado, hasta que se retomó en 2008 a través de una gestión asociada con la comuna que hoy encabeza Olga Bianchinelli.
Las cloacas para el barrio costaron alrededor de $ 235.000, con un presupuesto en materiales de $ 109.000 y $ 126.000 en mano de obra.
"Nosotros -explicó Aroca- nos hicimos cargo de la compra de los materiales y la Municipalidad aportó la mano de obra, la maquinaria y un subsidio en material (arena) por $ 15.000. Cada hogar aportó $ 650".
La obra terminó aproximadamente en noviembre de 2009, pero no fue posible conectarla porque faltaba la terminación del Desvío Colector Luján de Cuyo-Maipú, imprescindible para cerrar el circuito de evacuación de los líquidos cloacales.
La longitud de la red es de casi 2 kilómetros y también se realizaron servidumbres de paso a través de propiedades privadas.
El secretario de Infraestructura y Servicios de Maipú, ingeniero Eduardo Mezzabotta, sostuvo que de no haber mediado la gestión asociada tal vez no se hubiera podido concretar el trabajo o, por lo menos, en tan poco tiempo, ya que transcurrieron apenas dos años del inicio de los primeros movimientos de tierra.
De acuerdo a los cálculos del proyecto de obra, los vecinos aportaron 40% para la ejecución del emprendimiento y 60% estuvo a cargo del municipio.
El funcionario comentó que según el Plan Director de Saneamiento (cloacas y agua) del municipio, en los próximos meses se sumará 10% de la ciudad de Maipú a estos servicios, con cobertura que alcanzará a unos 12.000 habitantes.
El barrio Unión y Fuerza, ubicado entre Barcala y Tropero Sosa, tiene otras ambiciones a futuro, según comentaron Humberto Benítez y Andrés Guevara, jubilados municipales. En primer lugar, el asfalto, y el cierre de los dos baldíos que lo limitan por el oeste y el este, especialmente este último, ya que es pasada de gente que a veces suele delinquir por las inmediaciones.
También sus ocupantes quieren poner nombre a las calles, ya que todavía rige el viejo sistema de la manzana y el número de casa.
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