Unos 600.000 haitianos siguen a la intemperie en zonas inundables desde el terremoto del 12 de enero, y falta poco para que empiece la temporada de lluvias y huracanes en el Caribe. Los planes para proteger a la población avanzan muy lentamente.
Expertos de América Central y el Caribe se reunieron entre el lunes y este jueves en la capital de Costa Rica en una conferencia sobre alerta temprana y reacción de emergencia ante eventos extremos. Allí se discutió la problemática de Haití.
El jefe del servicio de meteorología de Haití, Ronald Semelfort, apuesta a que la temporada de ciclones no sea excesivamente fuerte, y así las 600.000 personas que hoy viven en campamentos improvisados y a la intemperie no se vean muy dañadas por los vientos y lluvias que llegarán a fines de abril.
Se estima que alrededor de un millón de personas perdieron sus casas con el sismo de magnitud 7 en la escala de Richter. Unas 218.000 que aún habitan refugios de emergencia en Puerto Príncipe, la zona más afectada, constituyen la población más vulnerable, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.
Muchos de esos campamentos se encuentran en terrenos con riesgo de inundación. El gobierno y las municipalidades están trabajando para buscar otros lugares, pero no parece sencillo conseguir traslados masivos y a corto plazo.
Canadá, Francia y Gran Bretaña, junto a la Dirección de Protección Civil de Haití, están colaborando en la reconstrucción de la red meteorológica nacional, ya que toda la infraestructura quedó arrasada. Esta red debería servir para alertar a la población en caso de que lleguen huracanes que pongan en riesgo sus vidas.
"Lo más importante es preparar los sistemas para prevenir a la población", dijo a IPS Jean-Noël Degrace, director regional para Martinica del servicio meteorológico francés.
"Hay que prepararse cueste lo que cueste", enfatizó. El problema es que la primera etapa, centrada en la vigilancia, podría estar concluir en mayo, cuando ya esté lloviendo.
Estados Unidos, por su parte, está trabajando en la ampliación de su Red de Información Meteorológica para Administradores de Situaciones de Emergencia, conocida como EMWIN, por sus siglas en inglés.
Este sistema es "simple, autónomo, confiable y rápido, y puede surtir información a la defensa civil", comentó a IPS Abdoulaye Harou, director interino del servicio meteorológico de Canadá.
Ambos sistemas funcionarán de manera independiente, pero coordinados por la Organización Meteorológica Mundial.
El dinero no es el problema gracias a la ayuda internacional, según las fuentes. Sí lo es el tiempo, ya que se trabaja contrarreloj.
"Cuando nos estábamos preparando para la temporada de huracanes, llegó el terremoto", recordó a IPS el coordinador adjunto de la protección civil haitiana, Abel Nazaire.
En ese momento se identificaban los edificios públicos que podían albergar a la población en caso de huracanes. Hoy muy pocos de ellos están en pie, y la gente más expuesta que nunca a la ira de la naturaleza.
El gobierno sigue buscando entre los escasos edificios que no se cayeron aquellos que reúnan las condiciones mínimas para refugiar a la población en caso de precipitaciones extremas. "No aguantarían un terremoto, pero sí un huracán", apostó Semelfort.
Otro de los frentes la obtención de casas prefabricadas y de terrenos para ubicarlas. Están por llegar las primeras 200 donadas por Colombia a la comunidad de Cabaret, en el norte del país.
Este proyecto sería el primero de muchos, pero insuficiente, ya que los funcionarios de la nación caribeña cifran en 200.000 el número máximo de personas que se podrían reubicar en esas casas. Además, no estarán a tiempo para la llegada de las lluvias en el país más pobre del continente.
Antes del 12 de enero, había un número muy importante de haitianos sin hogar, recordaron Nazaire y Semelfort. "Antes había mucha vulnerabilidad. Tras el terremoto es casi total", apuntó el meteorólogo haitiano.
Mientras la gente se encomienda a sus dioses, esperando los ciclones que podrían tocar la isla de La Hispaniola, compartida con República Dominicana.
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