El proceso de crear una bebida alcohólica como el vino, provee una excelente metáfora del probable efecto de los seres humanos en nuestro planeta. Esencialmente, para hacer vino se utilizan los azúcares de los jugos de frutas para crear un ambiente óptimo para el crecimiento y reproducción de un hongo llamado levadura.
Al principio el hongo se reproduce de manera acelerada ya que tiene una fuente de alimento aparentemente ilimitada y un entorno acogedor. Sin embargo, según la población aumenta el alimento se hace cada vez más escaso. Al mismo tiempo, la levadura excreta alcoholes que, aunque son disfrutados por las personas, son un veneno para la levadura. El proceso termina en una masacre levadurística.
Algo similar pasa con el ser humano y nuestra Tierra. Tomemos el caso de Puerto Rico. En siglos pasados, teníamos ante nosotros recursos naturales aparentemente ilimitados: tierra para sembrar, agua limpia y aire puro, entre otros. Ya entrado el siglo 21, los titulares de las noticias nos alertan frecuentemente sobre la sobrepoblación, la deforestación, la contaminación ambiental y la urbanización desmedida, y cómo estos fenómenos nos afectan.
Peor aún, la posición geográfica de Puerto Rico nos expone a huracanes, inundaciones, períodos de sequía, polvo del Sahara, tsunamis y terremotos. Eventualmente, la temperatura podría aumentar, así como el nivel del mar. ¿Estamos listos para estas nuevas realidades? Mientras más conocemos sobre el ambiente y el planeta, mejor preparados estaremos.
Nuestra contribución como puertorriqueños al cuidado del planeta va más allá de reciclar botellitas plásticas o usar bombillas compactas fluorescentes. Aunque estas acciones son encomiables, cada boricua debe ser un educador ambiental que dé el ejemplo con la acción e informe a aquellos que aún no entienden las ventajas de cuidar nuestro entorno. Debemos ser además constituyentes responsables para exigir medidas para conservar recursos, proteger nuestra calidad de vida y promover un desarrollo económico sostenible.
El año pasado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) celebró el Año Internacional del Planeta Tierra. El hecho de que la celebración fue a nivel mundial refleja la realidad de que todos los seres humanos, de todos los países y en todos los continentes, debemos pensar a largo plazo cómo nosotros afectamos el ambiente. También debemos reflexionar sobre cómo el ambiente nos afecta a nosotros.
Por décadas, miles de científicos han estudiado cuidadosamente nuestro planeta. Estos importantes estudios tienen que ser ahora difundidos para transformar la información en acción. La UNESCO ha definido cinco temas o tópicos ambientales prioritarios. Estos temas serán resumidos más detalladamente en el resto de la serie:
Aguas Subterráneas – ¿Cuáles son las ventajas, desventajas y limitaciones de usar agua de pozo? ¿Está el agua de pozo expuesta a contaminantes y bacterias?
Riesgos Ambientales – ¿Qué catástrofes geológicas y atmosféricas hemos sufrido a lo largo de nuestra historia? ¿Cuáles nos esperan en el futuro? ¿Qué podemos aprender de éstas para evitar pérdidas de vida y propiedad?
Clima – El clima terrestre ha pasado por periodos más calientes y más templados. Muchos científicos indican que estamos en transición hacia un clima más caliente. ¿Cuál será el impacto de este cambio en Puerto Rico y nuestro diario vivir?
Megaciudades – A medida que la población se concentra en áreas urbanas, se crean nuevos retos con la distribución de agua y electricidad, y el procesamiento de desperdicios sólidos y aguas usadas. ¿Cómo controlamos las congestiones vehiculares, la criminalidad y el costo de las viviendas en áreas densamente pobladas de la Isla?
Geología y Salud – ¿Por qué la contaminación atmosférica nos crea problemas respiratorios? ¿Cuán expuestos estamos a la contaminación con pesticidas y metales pesados? ¿Qué virus y bacterias representan un peligro inmediato para nuestra salud?
Como ven, no nos podemos dar el lujo de ignorar el planeta que nos sostiene y nos agrede al mismo tiempo. Además, no tenemos otra opción. Aunque los astrónomos han encontrado cientos de planetas fuera de nuestro sistema solar, ni uno sólo es capaz de sostener vida inteligente como la conocemos. Depende de nosotros mantener un Puerto Rico habitable para la próxima generación.
(El autor es Catedrático Asociado en Ciencias y Educación Científica de la Universidad Estatal de Morehead en Kentucky, así como miembro de Ciencia Puerto Rico - www.cienciapr.org).
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