En el Día Nacional del Agua en el año del Bicentenario, la cuestión hídrica es inevitablemente uno de los temas de agenda en distintos ámbitos, incluso en algunos que habitualmente no trabajan en el tema.
Especialistas enfatizan que mientras la cantidad de personas y el nivel de vida general aumentan, las regiones de sequía se expanden como consecuencia del cambio climático, por lo cual dos tercios de la población mundial pueden tener en unos años dificultades de acceso al recurso vital.
El hecho de que actualmente al menos 1.100 millones de personas no tienen acceso seguro al líquido vital y casi 2.500 millones al saneamiento, son indiciadores incontratables de la necesidad de un cambio de gestión del agua. Si a ellos se suma que la disminución en la disponibilidad de agua por habitante se reduce al doble del ritmo con que aumenta la población, resulta imperioso adoptar con urgencia medidas que promuevan un desarrollo eficiente y una administración efectiva de los recursos de agua. Con todo ello, no hay dudas de que el agua dulce es uno de los recursos más limitados, de mayor degradación y cada vez más caro para su obtención y que su crítico estado pone en riesgo la propia supervivencia de los seres humanos y la del planeta.
Ante este escenario, desde la Subsecretaría de Obras Hídricas de la Nación insisten en la necesidad de encarar y lograr un proceso de convergencia temática que atraviese el problema y
reúna a las partes disciplinarias en un ejercicio de participación y percepción global. Y si bien el dominio y gestión de los recursos hídricos son responsabilidad de las provincias, el Estado nacional, sin vulnerar esas atribuciones, debe velar por la seguridad común en todo el territorio argentino.
La importancia de las presas
La demanda de agua, debida a la expansión de la población mundial y al crecimiento económico, aumentó la necesidad de almacenar grandes volúmenes de agua. Hoy las presas y los embalses continúan sirviendo para este objetivo, respondiendo así a las necesidades sociales y económicas.
Estos diques se construyen para almacenar y controlar el agua para el abastecimiento doméstico, el riego, la navegación, el ocio, el control de la sedimentación, el control de las crecidas y la generación de energía hidroeléctrica. Hoy se construyen las presas para que respondan a múltiples funciones, obras fundamentales para el desarrollo de las naciones puesto que aporta a la población múltiples ventajas domésticas y económicas a partir de una única inversión. Es la piedra angular del desarrollo de los recursos hídricos de una cuenca hidrográfica.
El Comité Argentino de Presas se propone contribuir para que las presas y sus obras complementarias, necesarias para el desarrollo y la gestión de los recursos hídricos, sean seguras y económicas, cuiden el medio ambiente, sean socialmente aceptables y sean explotadas y mantenidas de manera viable. El desafío futuro será la utilización de presas para una gestión racional de los recursos hídricos, con el fin de contribuir al desarrollo social y económico de cada nación.
• Para el año 2025, se predice que 3,5 billones de personas (casi la mitad de la población total) sufrirán problemas con el agua.
• Según la Organización Mundial de la Salud, unas 1.500 millones de personas (casi 1 de cada 4 personas del mundo) no poseen agua potable.
• 12 millones de personas mueren cada año en el mundo debido a enfermedades ligadas a la mala calidad o la carencia de agua, o a desastres hidrológicos
|
|
|