“En general se sabe que hay un grave proceso de retracción de los cuerpos de hielo de la cordillera mendocina. Pero si le preguntás a la comunidad científica cuántos glaciares tenemos para asegurar reservas de agua dulce, no existe una respuesta”, aseguró Ricardo Villalba, a cargo del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), del Centro Científico y Tecnológico de Mendoza (CCT).
Sus palabras sirvieron para reforzar la importancia del convenio que ayer firmó el gobernador Celso Jaque, el secretario de Ambiente de la Nación, Homero Bibiloni, y la CCT, representada por Villalba. El acuerdo impulsará un inventario de los glaciares que hay en el territorio provincial, proveedores de un gran porcentaje del agua de los ríos en épocas de crisis hídrica.
Serán $189 mil los que el Estado local, a través de la Secretaría de Ambiente, destinará al relevamiento, una deuda pendiente por la que desde hace varios años lucha la comunidad científica.
Si bien Mendoza, como sucede a nivel nacional, no tiene una ley para proteger los cuerpos de hielo –existe un proyecto con media sanción de Diputados en la Legislatura local–, con este avance logra convertirse en la primera provincia del país que relevará el estado y la evolución de los mismos.
El estudio se realizará a lo largo de tres años y contará con el apoyo de imágenes satelitales y software especializado de última tecnología.
“Después de conocer dónde y en qué estado están los glaciares será necesario monitorear cada cinco años su evolución”, agregó el científico del CCT.
Para Villalba, la falta de una ley provincial y nacional –la Ley de Glaciares fue vetada por la presidenta Cristina Kirchner y en la actualidad sólo Santa Cruz cuenta con una legislación al respecto– compromete el futuro, sobre todo de quienes habitan en zonas desérticas.
“Los glaciares no cubren más que el 1% de la superficie mendocina y con su protección se asegura el 70% del caudal de los ríos en momentos de escasez hídrica. Sólo por citar un ejemplo, en 1968 no nevó y el suministro hídrico fue posible en un gran porcentaje gracias a las reservas de agua dulce de los cuerpos de hielo”, dijo el titular del Ianigla.
Remarcó que en este momento no hay instituciones a cargo del seguimiento debido a la inexistencia de una ley nacional que defina el organismo de control y la protección de este tipo de reservas de agua dulce.
Opinó además que el proyecto que en el Congreso de la Nación recibió media sanción en 2009 –impulsado por el senador Daniel Filmus (FPV)– y que podría remplazar a la vetada normativa, “es correcto técnicamente ya que contempla la participación de organismos internacionales”. Sin embargo esgrimió que “de ninguna manera puede legitimarse la explotación minera en zonas periglaciares ni otras actividades porque alterarían el funcionamiento de las principales fuentes proveedoras de agua”.
Además de registrar la ubicación, el inventario deberá contener la información necesaria para su adecuada protección, control y monitoreo. “Un ejemplo de cómo los glaciares han retrocedido está en el Parque Provincial Aconcagua. Dos de los cuerpos más importantes registrados en 1900 hoy no existen”, cerró el investigador.
Deuda legislativa
En peligro
Los datos que los científicos de Mendoza manejan en la actualidad sobre los glaciares cordilleranos datan de hace 50 años.
La provincia y el país no tienen una ley que regule y proteja estas masas de hielo.
En el parque Aconcagua, dos de los cuerpos de mayor tamaño desaparecieron en 110 años.
Reservorios
“... en 1968 no nevó y el suministro hídrico fue posible en un gran porcentaje gracias a las reservas de agua dulce”.
Ricardo Villalba
Titular del Ianigla
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