El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene previsto visitar hoy la zona del Golfo de México afectada por la mancha de combustible, que sigue sin poder ser controlada y amenaza a uno de los ecosistemas más ricos del país. El viaje del presidente estadounidense se produce en un momento en el que arrecian las críticas por la lenta reacción del Gobierno de Washington ante un desastre ecológico que puede provocar pérdidas millonarias en la industria pesquera y turística de los Estados de Alabama, Florida, Misisipi y Lusiana.
La mancha , con una superficie de casi 10.000 kilómetros cuadrados, tan grande como la isla de Puerto Rico, ya ha comenzado a manchar los humedales y a dañar a las aves que se posan allí durante su trayecto migratorio. El servicio de Guardacostas se muestra resignado a la "llegada inminente" del vertido aunque no puede especificar "cuando llegará ni que zonas resultarán afectadas". Por su parte, los equipos encargados en combatir la mancha se han mostrado esperanzados en poder minimizar las consecuencias de la mancha tras probar una nueva técnica con disolventes químicos para dispersar el combustible que flota a pocos kilómetros de las costas, según informa The New York Times en su página web . El dispositivo que ha puesto en marcha la administración para contener el desastre ha movilizado por el momento a unas 2.000 personas y unos 75 barcos, encargados de la recogida del petróleo de la superficie y la aplicación de productos para disolver el crudo.
4 millones de litros de crudo
British Petroleum, concesionaria de la plataforma petrolífera que explotó el pasado 20 de abril y se hundió dos días después, ha comenzado a recibir duras críticas de la administración por su incapacidad para sellar el pozo marino que, según estimaciones oficinales y de la propia empresa, vierte cada día unos 800.000 litros de petróleo al mar. Ayer mismo, un directivo de BP, Doug Suttles, reconocía en una rueda de prensa en Luisiana que los 800.000 litros diarios de petróleo es una estimación "altamente imprecisa".
Algunos expertos consideran que esta estimación es extremadamente baja, y calculan que la cifra de vertido podría ser cinco veces mayor, 4 millones de litros de crudo diarios. Varios medios de comunicación, entre ellos The Wall Street Journal , recogen hoy el estudio de Ian MacDonald, un profesor de oceanografía de la Universidad de Florida especializado en el seguimiento de las filtraciones de crudo en alta mar utilizando imágenes por satélite.
Los resultados del estudio revelan que, con un vertido de cuatro millones de litros diarios, en estos momentos podría haber flotando en el Golfo de México unos 34 millones de litros de crudo. Esta cifra está aún por debajo de la catástrofe que protagonizó en marzo de 1989 el buque norteamericano Exxon Valdez , que chocó contra un arrecife en el estuario de Prince William Sound (Alaska), y vertió al agua 42 millones de litros de petróleo, causando el mayor desastre ecológico en la historia de EE UU hasta el momento.
El Departamento de Interior calcula que se podría tardar 90 días en sellar el pozo petrolífero, que está situado a una profundidad enorme. De cumplirse este pronóstico, según los cálculos de MacDonald, quedarían flotando en el mar unos 360 millones de litros de petróleo, casi nueve veces más que el Exxon Valdez. No obstante, la complicada situación meteorológica de hoy, con fuertes vientos y marea alta en la zona, está dificultando las tareas, y muchos barcos han tenido que quedarse en los puertos. En paralelo, equipos de voluntarios y personal especializado están rastreando la costa en busca de animales afectados por la mancha de crudo. Ayer se localizó al primero de ellos, un alcatraz cubierto de crudo que fue trasladado a un centro para su limpieza y tratamiento. |
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