Las críticas a la Casa Blanca y a la firma British Petroleum (BP) se dispararon ayer por la falta de reacción ante el que podría convertirse en el mayor desastre ecológico en la historia norteamericana, el derrame de petróleo provocado por el hundimiento de una plataforma en el Golfo de México.
En respuesta a los crecientes cuestionamientos, el presidente Barack Obama viajará hoy a la zona del Golfo para evaluar el alcance del desastre y evitar que estalle un escándalo del tipo Katrina, el huracán meteorológico y político que liquidó la popularidad de George W. Bush.
Uno de los voceros de la Casa Blanca, Bill Burton, anunció ayer a la prensa que Obama viajaría en la mañana de hoy. Lo hizo después de que el mandatario reiterara en la semana, una y otra vez, la "completa disponibilidad" de su gobierno para ayudar en las tareas de contención y de limpieza de la marea negra, que comenzó la semana pasada con el hundimiento de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, de BP.
Los blogs en Internet destacaban ayer que Obama esperó 12 días antes de viajar al Golfo de México para evaluar los daños, que ya podían preverse poco después de la explosión del 20 de abril por la noche, que dejó 11 operarios desaparecidos y otros tres con graves heridas.
El viaje de Obama es una reacción a la andanada de críticas que recibió la Casa Blanca por su presunta inacción ante el desastre natural. La visita llega tres días día después de que el gobierno declarara el incidente una catástrofe nacional, ordenara la intervención de sus fuerzas armadas y anunciara que la mancha de crudo es cinco veces mayor de lo pensado en un primer momento.
En opinión de varios analistas, el gobierno de Obama pareció "dormido" en los primeros días del desastre petrolero. El presidente salió rápidamente a anunciar que estaba siguiendo de cerca el caso, pero recién el jueves pasado dijo que las fuerzas militares estaban listas para ayudar a la BP, que todavía no se pudo sellar la fisura por la que escapan unos 5000 barriles diarios de petróleo.
La Guardia Costera estima que 6,06 millones de litros de crudo fueron derramados, una cifra que amenaza con convertirse esta marea en el peor desastre petrolero en los Estados Unidos desde que el buque Exxon Valdez derramó 42 millones de litros frente a las costas de Alaska, en 1989.
"Lo que hemos visto en la plataforma Deepwater Horizon claramente no tiene precedentes", declaró el vocero de BP, David Nicholas.
Mientras tanto, el Centro de Análisis de Imágenes Satelitales de la Universidad de Miami dijo que el tamaño del derrame se había triplicado entre el lunes y el jueves pasado.Así la marea negra obligó a declarar la emergencia en Mississippi, Luisiana, Florida y Alabama y ahora amenaza con avanzar sobre la costa atlántica, por efecto de los vientos y las corrientes.
La lupa sobre BP
Las mayores críticas a Obama llegaron de los comentaristas republicanos. El conductor radiofónico Rush Limbaugh, cabeza visible de los conservadores en los Estados Unidos, acusó al mandatario de inacción y dijo que la catástrofe "será el Katrina de Obama".
No sólo hubo críticas a Obama de sectores de la oposición republicana. "La sombra del Katrina pende sobre Obama a causa de la peste petrolífera -señaló The New York Times , de tendencia liberal-. El gobierno tuvo la oportunidad de haber actuado más rápidamente, pero no lo hizo porque esperaba una solución de BP."
En agosto de 2005, el huracán Katrina causó grandes destrozos, especialmente en Nueva Orleáns, donde dejó unos 1800 muertos. Por la lenta reacción del gobierno para ayudar a los damnificados, se desató un escándalo que socavó la popularidad del entonces presidente Bush.
Por su parte, el jefe de estrategia de Obama, David Axelrod, trató de minimizar las críticas y aseguró que un día después de que la plataforma petrolera se incendiara, los funcionarios de la Casa Blanca ya se encontraban en la zona coordinando las acciones con las autoridades locales y BP. La semana pasada, Obama había considerado a la petrolera británica "en última instancia responsable" de contener el desastre.
La BP se enfrenta además a cientos de causas judiciales de pescadores y ecologistas por los daños causados a la recolección de camarones, al turismo y al medio ambiente.
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