Anoche se realizó el acto público para recordar los siete años que transcurrieron desde la catástrofe de 2003. Durante la ceremonia se dio lectura al documento elaborado por las organizaciones en el que, como de costumbre, se critica el accionar de la justicia que aún no define la responsabilidad de quienes eran funcionarios provinciales y municipales en los días de la peor inundación sufrida por la ciudad en toda su historia.
Unas 500 personas asistieron ayer jueves por la noche al acto de recordación de los siete años del ingreso del río Salado a la ciudad, que afectó a 130.000 personas y provocó la muerte directa de 23 santafesinos. Estimaciones realizadas por los distintos grupos de afectados elevan la cifra de decesos a 160, si se toman en cuenta las denominadas “muertes colaterales”, vinculadas al evento hídrico.
Cinco personas se turnaron en el palco principal para leer un documento de 6 carillas que propuso un recorrido por las causas de ayer y de hoy. Por cierto, el título del escrito es sintético: “Inundados de ayer, inundados nuevos, inundados por venir”. Sobre los tres ejes pivoteó el discurso que no ahorró duras críticas a la gestión socialista que gobierna la provincia y a la municipal, a cargo de Mario Barletta.
“Estamos en la Santa Fe de las diferencias, de la opulencia sojera y la pobreza del oeste (...) estamos frente a las 161 cruces, que representan vidas truncadas, serán siempre una acusación permanente”, dice el documento. “Esta ciudad, en donde se presupuestan 34 millones de pesos para el Parque Federal, pero con calles dignas de un (rally) Dakar. La exclusión social no se arregla con maquillaje, con promesas que se lleva el viento como diarios viejos. Nos quieren hacer creer que vivimos en una Santa Fe La Linda, cuando nosotros transitamos la Santa Fe Oculta, la que se hace agua con 60 milímetros caídos en una hora. Es la misma ciudad en la que no se pueden tapar los problemas, es la ciudad más desigual y violenta del país”, expresaron, referenciando estadísticas de exclusión, de pobreza y de homicidios “de los cuales el 90% son del oeste pobre (…) todo esto mientras los grandes delincuentes son los senadores, mientras 90 empresas que facturan mucho no pagan nada”.
En otro tramo del documento se escuchó: “son inundadores y asesinos, son senadores y diputados, apto para todos los servicios, siguen jodiendo, sin cesar, mientras a los que luchan por la verdad y justicia les pintan los dedos por escarchar a Reutemann, por reclamar bombas extractoras, por denunciar impunidades abren procesos judiciales. Nada más ni nada menos que bajo este Gobierno que se dice progresista”.
El escenario del discurso esta vez se corrió hacia el costado de la Plaza de Mayo, bien enfrente del acceso a la Casa Gris. Antes, ocupaba todo el centro, cuando el gobernador Hermes Binner bajaba de su despacho y, acompañado de asesores y ministros, se colaba entre el gentío. Este año, no hubo silbidos ensordecedores, ni abucheos ruidosos, pero el nombre del gobernador fue varias veces mencionado, esta vez en la balanza de las promesas incumplidas. “Se nos quiso hacer creer que los ‘buenos tiempos’ (eslogan del marketing político de la campaña del socialismo) eran el punto de partida de nuevos pasos, pero en realidad se caminaba por otros lados. Se apostó a no revisar nada, a que todo el pasado no debía investigarse (…) al mismo asesino de diciembre de 2001 y al inundador de 2003, se le ofreció el ministerio de la Producción el 7 de diciembre de 2007 (este dato fue suministrado por el propio Gobernador en una rueda de prensa), se hacía en las sombras, ocultándose detrás de Pocho Lepratti (la canción “El Angel de la bicicleta”, de León Greco, fue el tema de la campaña de Hermes Binner antes de acceder a la primera magistratura). Debemos preguntarnos aquí ‘¿Quién se contagió primero el Síndrome de Estocolmo?’”
Los difusores del texto también pidieron obras para el oeste de forma inmediata, “no tenemos todo el tiempo para inaugurar paseos y veredas, hacer actos y cultivar las margaritas, mientras se ejecutan concesiones escandalosas de espacios públicos”.
Los organizadores cuestionaron la propuesta oficial de acuerdos extrajudiciales que establece el pago del 50% de los daños tarifados por el afectado, monto que establecerá una comisión de expertos. “No lo aceptamos, nuestro humanismo parte de la verdad, y no se vende por el 50%. Nosotros tenemos derechos, no somos socios del club del trueque”.
Sobre el final del discurso las críticas se encausaron en la figura del actual intendente santafesino, Mario Barletta., para quien, según expresaron, la ciudad “existe hasta Avenida Freyre, canta por López y Planes, sigue la música por Blas Parera y pronto tomará mates en ‘Aires del Llano’ (un proyecto inmobiliario, al estilo country, ubicado al costado de la autopista Santa Fe – Rosario). Pedimos a los eruditos de la relocalización, que piensen en los problemas del oeste, relocalicemos lo justo y verdadero”.
Sobre el cierre volvieron a repetir las consignas históricas, que comenzaron en abril de 2003: “Indemnización integral para todos los afectados, Juicio y cárcel a los responsables, Confiscación de todos sus bienes y Justicia por nuestros muertos”.
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