La marea negra amenaza a más de 400 especies que dependen del frágil ecosistema del delta del Mississippi, duramente castigado hace cinco años por el huracán Katrina.
La mancha de petróleo ha causado hasta ahora pocos estragos en las inmensas marismas al sur de Nueva Orleans repartidas por 12.000 kilómetros cuadrados- pero los expertos advierten que los efectos pueden ser devastadores a partir de la próxima semana.
Las imágenes del primer alcatraz en el centro para la recuperación de las aves en Fort Jackson no serán más que el preámbulo. Se calculan que hasta 25 millones de aves pueden pasar al día por el "corredor" migratorio del Golfo de México en esta época del año (500 millones a lo largo de toda la primavera, según un estudio de la Universidad Estatal de Luisiana).
Especies como el pelícano pardo, la garza roja, el pato jaspeado o el fraile blanco están gravemente amenazados por el impacto de la marea negra que podría afectar a 20 reservas de vida silvestre. En un pequeño vertido que llegó hace siete años a la isla de Breton llegaron a morir 800 pelícanos pardos, el ave por excelencia de Luisiana.
"La época de cría empieza precisamente por estas fechas, y muchas parejas se encuentran incubando huevos", advierte Melanie Driscoll, de la Iniciativa Costera de Luisiana. "Para los pájaros, el desastre no ha podido ocurrir en peor momento; muchos de ellos están anidando en la zona donde puede acumularse el petróleo al llegar a la orilla. Tenemos que estar preparados para lo peor; nos enfrentamos a una auténtica catástrofe en las costas de Luisiana, Mississippi, Alabama y Florida".
"Más de 5.000 delfines se encuentran en estos momentos en la zona del Golfo de México, a punto de dar a luz a sus crías", alerta por su parte Moby Solangi, director del Centro para el Estudio de los Mamíferos Marinos en Gulfport.
La mancha de petróleo podría diezmar también los bancos de atún de aleta azul y afectar a las poblaciones de cachalotes y a varias especies e tortugas marinas que desovan en las playas del golfo por esta época. El Golfo de México es también el principal "suministrador" de gambas, ostras y cangrejos azules en Estados Unidos.
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