El número de víctimas a causa de las inundaciones en los estados meridionales de los EEUU aumentó hasta las 15 personas (12 en Tennessee y 3 en Mississippi).
Las lluvias torrenciales, que siguen sin cesar desde hace tres días, obligaron a miles de personas a dejar sus casas y a trasladarse a refugios especiales.
Algunos de los 20 refugios que fueron habilitados en Tennessee ya están llenos. Centenares de casas sufrieron daños de diversa consideración o incluso fueron arrastradas por las aguas. Además tuvieron que cerrarse por la inundación 150 carreteras, entre ellas dos interestatales.
Más de 33 centímetros de agua cayeron en dos días en la capital de Tennessee, Nashville, casi dos veces más que en 1979 durante el huracán Frederick.
Se declaró el estado de emergencia en varios condados de Tennessee y Mississippi y la Guardia Nacional de los EEUU está prestando ayuda a los afectados por el desastre.
El Río Cumberland, que pasa por el centro de Nashville, alcanzó el nivel más alto desde los años 60 y sigue subiendo, amenazando con inundar la zona turística de la capital del estado. Los residentes ya han sido evacuados.
Los meteorólogos advierten que persiste el riesgo de tornado en Tennessee y Arkansas. En este último estado, un tornado mató a una mujer la semana pasada y dejó a más de 20 personas heridas.
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