Todos viven en la inmediaciones del cementerio municipal San Miguel, de Rawson, y todos aseguran lo mismo: durante el día no sale ni una gota de agua potable en sus casas. Se trata de unas 20 familias que viven en fincas y caserones por calle Meglioli entre República del Líbano y Calle 4 (también conocida como Dr. Ortega), en Rawson, y, al igual que las autoridades del cementerio, dicen que el problema comenzó hace unos tres meses, cuando empezaron a entregar las casas de los nuevos barrios que hicieron en la zona. Desde OSSE informaron que están tratando de optimizar el sistema y, si bien no dieron detalles de las obras, dijeron que ya hicieron algunas perforaciones y que seguirán trabajando en el lugar.
"El agua sólo sale a partir de las 2 o 3 de la mañana hasta las 8 o 9, después no sale nada. Así que junto varios baldes por la noche para tener para bañarnos y hacer la comida durante el día", contó una de las vecinas y madre de tres hijos, Claudia de Vega. De la misma manera, pasan sus días los Páez, los Ruedas, los García, los Pastén, los Salguero y otros tantos vecinos más, que cuentan que tienen que dejar los platos sucios en la pileta hasta la madrugada para lavarlos, que no pueden usar tranquilos sus baños, que sólo pueden enchufar los lavarropas en ese horario de la noche y que sus tanques de agua sólo se llenan con la ayuda de bombas.
A este grupo de familias se suma con su reclamo el cementerio municipal, que abarca una superficie de 10 hectáreas y tampoco tiene agua durante el día. "Hicimos los reclamos a OSSE. Primero nos dijeron que era problema de las cañerías internas, pero revisamos todo y eso no era. Después nos dijeron que era problema de presión", dijo el director del lugar, Ricardo Robles. Para contrarrestar la situación, el municipio decidió instalar una cisterna, cuatro tanques de 2.500 litros cada uno y una bomba para abastecer el cementerio de agua potable. El funcionario agregó que el agua empezó a escasear en el verano y desde entonces es cada vez peor. Y, para él, el motivo de eso fue la entrega y construcción de unas 600 casas del barrio Ansilta y Los Plátanos, entre otros.