Luego de haber bañado las islas cercanas al estado de Luisiana, la marea negra de crudo que fluye del lecho marino del Golfo de México amenaza ahora la costa occidental de Florida, mundialmente conocida por su espectaculares playas y sus centros turísticos, donde podría llegar mañana.
La catástrofe ecológica, que no tiene precedente según las evaluaciones de la Casa Blanca, llevó ayer el precio del barril de crudo hasta los 89 dólares, cifra que no alcanzaba desde octubre de 2008, en medio de crecientes preocupaciones sobre el abastecimiento de petróleo en Estados Unidos.
"La interrupción potencial del tránsito de supertanqueros en el golfo ya está teniendo impacto en los precios", dijo Goldman Sachs en un informe.
Dos semanas después del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon ?alquilada por la petrolera British Petroleum (BP)? y de la rotura de un ducto, el derrame continuaba expandiéndose y alcanzaba ayer una extensión de 80 kilómetros de ancho y 130 de largo, según indicó el almirante Thad Allen, que encabeza las labores de protección y limpieza.
El secretario del Interior de Estados Unidos, Ken Salazar, volvió a afirmar ayer que se calcula que demorará por lo menos tres meses controlar la catástrofe ecológica causada por el derrame de petróleo.
Allen agregó, sin embargo, que BP comenzó a instrumentar una medida nunca antes utilizada y que dio buenos resultados. La empresa vierte un químico a través de un tubo cerca del ducto roto para evitar que el petróleo suba a la superficie. Hasta ahora, esta sustancia había sido usada en accidentes en la superficie para romper la alfombra de crudo.
Sellado submarino
La petrolera también prepara un sistema de inmersión de cajas de metal y concreto de unas 74 toneladas para capturar el crudo que escapa del fondo del lecho marino y bombearlo a un contenedor en la superficie, operación que demandará varios días.
Mientras continuaba el derrumbe de sus acciones en la Bolsa y un ejército de abogados preparaba la estrategia legal ante eventuales y millonarias demandas judiciales, BP estableció una línea gratuita para compensar a los afectados y prometió encargarse de la factura de la limpieza del derrame, que se cree que causará pérdidas multimillonarias. "Pagaremos por toda la operación de limpieza; no hay duda de eso. Es nuestra responsabilidad", dijo el CEO de BP, Tony Hayward, que llegó ayer a Estados Unidos para supervisar los trabajos de contención.
El presidente norteamericano, Barack Obama, había advertido anteayer que BP se haría cargo de la "factura" que implica el desastre ecológico en las costas norteamericanas. Por el momento, se desconoce a cuánto podrían ascender los costos de los alrededor de 5000 barriles diarios de crudo que se están filtrando diariamente (más de 700.000 litros), aunque estimaciones de distintos analistas apuntan que sólo la limpieza podría costar hasta 7000 millones de dólares.
En la actualidad, el costo de la misión puesta en marcha para frenar el avance de la mancha asciende a unos 6,5 millones de dólares por día.
Después de que mejoraron ayer las condiciones meteorológicas en la zona, más de 2500 personas y 70 barcos retomaron las tareas de limpieza en mar abierto. A esos grupos de rescate se sumarán en las próximas horas unos 6000 soldados de la Guardia Nacional para reforzar los dispositivos estatales de Alabama, Mississippi y Florida para hacer frente al impacto del vertido de crudo en el Golfo de México.
Las autoridades de Florida continuaban ayer los preparativos para proteger su costa noroeste de la marea negra y evalúan el potencial impacto del derrame en las aguas y su hábitat. Varios expertos hicieron sonar la alarma en el sur de Florida al advertir sobre el riesgo de que la fuerte corriente marina del Golfo y el cambio en la dirección de los vientos puedan arrastrar el manto de petróleo a los cayos.
|
|
|