La comunidad educativa de El Milagro celebró como si Argentina hubiera ganado el Mundial de Fútbol la reciente inauguración de la nueva escuela Nº 440 de la pequeña localidad del departamento Capayán que se realizó el viernes último con la presencia del ministro de Educación, Mario Perna, y los titulares de los municipios de Huillapima y Valle Viejo.
Y la alegría tiene sus motivos. El año pasado, en diciembre, este diario publicó con tristeza que los 11 alumnos de la escuela tenían clases debajo de un mistol, porque las autoridades del ministerio de Educación y del Gobierno no enviaban el dinero para pagar el alquiler de la casa que ocupaban, ni tampoco habían reparado la vieja escuela, que se dañó considerablemente con el sismo de septiembre de 2004.
Estructura
La flamante escuela tiene 3 aulas, dos de ellas con aire acondicionado, una con una salamandra para calefaccionar, dos baños, un salón de usos múltiples y una enorme galería techada.
"Podemos decir que hoy lunes fue nuestro primer día de clases", dijo ayer en la entrevista que le realizó este diario la directora de la escuela, Edith Tolosa de Avellaneda, pese a que los dos meses que pasaron los chicos tuvieron clases en la posta sanitaria del poblado.
Sin embargo, la escuela enfrenta los problemas que, curiosamente, son crónicos en los establecimientos rurales del interior de la provincia: la directora aseguró que el edificio no cuenta con el servicio de agua potable, en parte porque los paneles de energía solar que se instalaron en el pozo para sacar el agua de las napas subterráneas no tienen la fuerza suficiente para hacer funcionar la bomba eléctrica.
"Ahora tenemos agua hasta la mitad del tanque, y cuando se acabe, vamos a salir a buscar en tachos y baldes, pero no vamos a dejar de tener clases por eso", destacó la directora, aún con la alegría de poder volver a "dar clases como se debe, entrar a un aula, cerrar una puerta para que los chicos atiendan", cosas que antes los docentes consideraban "un lujo" para la precaria escuela de El Milagro.
INVERSIÓN
? El establecimiento tiene alrededor de 220 metros cuadrados cubiertos, el terreno fue donado por un vecino de apellido Granillo, y para construirla, se hizo una inversión de 200 mil pesos.
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