Suma preocupación genera en las Autoridades del Agua (ADA) el uso cada vez más intenso que, con fines recreativos, viene teniendo el complejo hídrico de Paso de las Piedras, a pesar de la legislación vigente que prohibe el ingreso al lugar por la emergencia hídrica declarada por el gobierno provincial.
El pasado fin de semana, el embalse se vio desbordado por una importante cantidad de personas de distinta procedencia, que encuentran allí un lugar donde pasar su tiempo de descanso.
Los visitantes hicieron caso omiso de los ocho carteles ubicados en distintos puntos del dique, que dan cuenta de la prohibición de ingresar al lugar.
"Las indicaciones son precisas: cada cartel tiene la leyenda "No Pasar", pero nadie los toma en serio y hasta se generan situaciones conflictivas cuando se informa a los visitantes que no pueden quedarse en el lugar", explicó a este diario la ingeniera Marta Crisafulli, titular del ADA en nuestra ciudad.
Si bien ya nadie realiza excursiones de pesca ni se introducen al lago con botes o lanchas, desde el ADA se insiste en la prohibición de realizar todo tipo de actividades, incluso en los alrededores del lago o utilizando los servicios que ofrece la hostería del lugar.
"La situación es clara: está restringido el acceso y suspendida toda acción recreativa. Esto se mantendrá hasta tanto el lago recupere al menos cuatro metros de su cota", agregó Crisafulli.
Sobre las razones concretas que justifican esta medida, la funcionaria destacó que se relaciona exclusivamente con la emergencia hídrica y la necesidad de cuidar el recurso que provee el mayor caudal de agua que consumen Bahía Blanca y Punta Alta.
"Es trascendente la preservación del lugar. Tenemos que evitar cualquier riesgo, porque el lago contiene el poco agua que nos queda", agregó.
El lago sigue en baja
A pesar de haber concluido la época estival, que supone una importante disminución en el consumo de agua, la cota del embalse de Paso de las Piedras sigue bajando a un promedio de un centímetro diario, terminando abril con su pelo de agua a 154,11 metros sobre el nivel del mar.
En términos generales, el lago tiene hoy la misma cota que el 28 de enero del corriente año, lo cual indica que las lluvias registradas en el año alcanzaron para mantenerlo constante.
Lejos se está, no obstante, de contar con las reservas necesarias para abandonar la emergencia hídrica, que ocurrirá al alcanzar la cota 158.
Actualmente ,la empresa Aguas Bonaerenses SA (ABSA) capta unos 5.000 m3/h del lago, un 55 por ciento del volumen que suministra a nuestra ciudad y Punta Alta.
El resto lo obtiene de los 16 pozos del Bajo San José y de las dos tomas superficiales existentes en el paraje Mirasoles, sobre el arroyo Napostá, y una sobre el río Sauce Grande.
Se avanza, entre tanto, en la construcción de otras dos tomas, una sobre el Sauce Grande y otra sobre el Napostá, a la altura de Aldea Romana.
A pesar de haber disminuido la cantidad de líquido que se retira, el lago mantiene su ritmo de disminución porque el espejo de agua ha decrecido notablemente, ubicándose actualmente en un 25 por ciento de se capacidad.
El ingeniero Jorge Olaizola, gerente regional de ABSA, explicó a este diario que el lago seguiría perdiendo su nivel aunque ABSA no retirara agua, por situaciones relacionadas con el clima, la evaporación y las filtraciones.
"Si no se registran lluvias en el tiempo, el lago terminaría por secarse igual", graficó.
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