Alabama, Florida y Mississippi solicitaron la movilización de tropas de la Guardia Nacional para reforzar los dispositivos estatales a fin de hacer frente al impacto del vertido de crudo en el Golfo de México.
Dave Lapan, portavoz del Departamento de Estado, señaló en declaraciones a los medios que la solicitud es similar a la realizada la semana pasada por el estado de Louisiana, dijo Efe.
En ese sentido, el Gobierno Federal dio luz verde a la solicitud y aceptó destinar un total de 6.000 soldados de la Guardia Nacional a Louisiana.
Las autoridades de Florida continúan los preparativos para salvaguardar su costa noroeste de la marea negra de petróleo y evalúan el potencial impacto del vertido en las aguas y el hábitat de peces y mariscos en las costas floridanas y del Golfo de México.
"Creo que dentro de unos días la mancha tóxica de crudo va a llegar a las costas de Louisiana, Alabama, Mississippi y Pensacola (Florida), estoy seguro de eso", dijo Daniel Suman, profesor de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Miami (UM).
En opinión de Suman, si los vientos del sur siguen soplando hacia el norte y continúa el derrame de petróleo, entonces, la llegada de la "marea negra" resultará casi inevitable.
La compañía British Petroleum (BP), concesionaria de la plataforma que se hundió el pasado 22 de abril, dos días después de una explosión en la que murieron once trabajadores, dijo que asumirá el costo de las tareas de limpieza. Además, la empresa estableció una línea telefónica a la que podrán llamar aquellos que hayan sufrido pérdidas debido al vertido para pedir compensación.
"BP está dispuesta a pagar aquellas reclamaciones verificables y legítimas", afirmó la compañía en un comunicado.
Por otro lado, BP informó que los químicos que está aplicando para dispersar el crudo e impedir que suba a la superficie están teniendo un impacto significativo, aunque no ofreció detalles específicos.
La empresa dijo ayer que la enorme estructura en forma de cúpula en la que trabajan sus ingenieros para colocarla sobre las fugas de crudo, capturar el petróleo y bombearlo sin daño medioambiental, podría estar instalada de seis a ocho días.
Mientras tanto, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que las excavaciones de un pozo alternativo comenzaron la pasada noche y su construcción podría tardar 90 días.
Ese pozo, considerado la "solución definitiva", serviría para inyectar un líquido más pesado que el petróleo, que actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo siga fluyendo. En tanto, senadores estadounidenses presentaron un proyecto de ley para subir el máximo de indemnizaciones por derrames, citó AFP. |
|
|