Instalaciones obsoletas, sobredemanda de la red y falta de cultura explican los constantes daños que sufren las cañerías de la ciudad, de acuerdo con los fundamentos aportados por la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), prestataria del servicio de agua potable y de cloacas de la capital y de gran parte de la provincia.
La firma cuenta con un servicio que funciona las 24 horas para recibir reclamos: 08108888728. Los pedidos para reparar roturas o por baja presión son constantes, afirmó Marina Mittelmann, encargada de comunicación institucional de la SAT. "En esta época del año aumentan los reclamos porque, al bajar el consumo de agua, aumenta la presión y se rompen más caños", precisó.
"Los vecinos se quejan por las demoras, pero quizás no entienden que cuando hay una pérdida, la tarea de refacción no es tan sencilla; no se trata de cambiar un cuerito y listo. La red en muchos sectores es vieja y tiene problemas estructurales. Hay que romper el pavimento para cambiar los caños. Es una cuestión que lleva su tiempo", remarcó.
Mittelmann, acompañada por el gerente de Obras de la SAT, Augusto Guraiib, explicó que aunque la red esté saturada por la gran explosión demográfica, todavía le queda vida útil. "El servicio muchas veces se satura por el mal uso que hace la población. No hay conciencia; se arrojan elementos que causan serios tapones o boquetes a las cañerías", dijo la vocera de la empresa.
Mantenimiento
Mittelmann y Guraiib informaron que del plantel operativo de la SAT, formado por unos 750 empleados, el 60% realiza tareas de mantenimiento. "No damos abasto. Hay vecinos que creen que todo debe ir a parar a la cloaca y no es así", dijo Mittelmann. También señalaron que la ciudad cuenta con innumerables conexiones pluviales clandestinas, que se unen a la red cloacal y la hacen desbordar cuando llueve.
Guraiib indicó que la SAT está haciendo grandes inversiones para ampliar la red cloacal y mejorar el servicio de agua. Ahora, por ejemplo, la empresa está terminando de concretar trabajos para cubrir toda el área metropolitana. No obstante, admitió que a veces el crecimiento demográfico les saca ventajas. "Además, tuvimos un período de mucha desinversión", especificó.
El experto detalló que muchas cañerías se quiebran porque son demasiado obsoletas. En el centro, recalcó, hay redes que tienen más de 70 años. "Hay que ir cambiando de a poco las cañerías. Estamos buscando usar tecnología adecuada para no tener que romper todo el pavimento", aseveró. |
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