El presidente ejecutivo de BP PLC, Anthony Hayward, se reunió el martes con legisladores estadounidenses como parte de su campaña para impedir el tipo de reacción negativa que ha golpeado a empresas como Goldman Sachs Group Inc. y Toyota Motor Corp.
La visita al Congreso estadounidense coincidió con el anuncio de la petrolera británica de que esperaba sumergir la primera de tres unidades de contención sobre la principal filtración de crudo que, posteriormente, bombearía el combustible a embarcaciones en la superficie.
El 20 de abril, una plataforma petrolera explotó y se hundió en el Golfo de México causando una filtración de crudo que hoy amenaza con llegar a las costas de Louisiana, Florida, Mississippi y Alabama.
Existen riesgos, sin embargo, de que el remedio agrave la enfermedad si la unidad de 125 toneladas tritura otros ductos. Un vocero de BP manifestó que la empresa estaba segura de que la estrategia "reducirá significativamente la cantidad de crudo que está llegando a la superficie".
El éxito de la maniobra contribuiría a reducir la presión que el gobierno del presidente Barack Obama y el Congreso están ejerciendo sobre Hayward. Obama y otros altos funcionarios estadounidenses han dejado claro que obligarán a BP a asumir la responsabilidad de todos los daños así como todos los costos de la limpieza. El secretario del Interior de EE.UU., Ken Salazar, indicó el domingo que el gobierno planeaba mantener la presión sobre BP.
En una entrevista con la cadena BBC, Hayward le restó importancia a los rumores de un enfrentamiento entre BP y la Casa Blanca y aseveró que la empresa ha establecido una "relación de cooperación increíble" con las autoridades estadounidenses.
La reunión de Hayward con los legisladores estadounidenses se produjo un día después de mantener consultas prolongadas con funcionarios del gobierno de Obama. Se trata de su tercera visita a Washington desde el 20 de abril, cuando la plataforma Deepwater Horizon se incendió y se hundió 1.500 metros bajo el agua. El accidente cobró la vida de 11 trabajadores. "Creo fervientemente que todos saldremos victoriosos", señaló el ejecutivo a los periodistas.
BP, que está bajo intensa presión y ha sido el blanco de las críticas tanto del Congreso como del gobierno de EE.UU., está ansiosa por demostrar su disposición a gastar lo que sea necesario para frenar la filtración de crudo y limpiar el derrame.
La petrolera reveló el martes que está gastando unos US$7 millones al día en el esfuerzo y que había transferido US$25 millones a cada uno de los estados de Louisiana, Mississippi, Alabama y Florida para ayudar a financiar sus planes de respuesta.
Ayudados por el primer día de buen clima en la última semana, BP y varias agencias del gobierno contrataron a más de 700 embarcaciones pesqueras para que extendieran, y en algunos casos repararan, cientos de kilómetros de barreras flotantes a lo largo de la costa de Louisiana.
La compañía ha usado más de 156.000 galones de químico dispersante para diluir el crudo. Hasta ahora, la marea negra no ha llegado a la costa. Las medidas han aliviado los temores de algunos funcionarios de que un desastre sin precedentes golpee al Golfo de México.
BP ha tratado de no repetir los errores cometidos por Exxon después del desastre del Exxon Valdez en 1989, así como sus propias fallas tras el incendio de una refinería en Texas en 2005, en el que murieron 15 personas.
En el caso de Exxon, el entonces presidente de la junta de la petrolera, Lawrence Rawl, permaneció en Nueva York en lugar de volar a Alaska, donde ocurrió el accidente. Rawl, asimismo, demoró seis días en hablar públicamente del desastre. Su ausencia inicial, así como su renuencia a expresar remordimiento, desató la ira del público contra las petroleras y, en particular, contra Exxon.
BP también busca eludir el intenso escrutinio del Congreso que últimamente han recibido el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs y la automotriz japonesa Toyota.
Hayward ha asumido la responsabilidad absoluta por la limpieza de la filtración y ha dicho que BP compensará todos los reclamos legítimos por daños. Al mismo tiempo, ha hecho hincapié en que no tiene la culpa de la explosión de la plataforma, que era operado por Transocean Ltd.
Cuando ocurren desastres como estos "las empresas los pueden empeorar al aparecer dilatorias, poco claras o legalistas en su respuesta", dijo el vocero de BP Andrew Gowers.
Ante una potencial ola de demandas, BP llegó el martes en una corte estadounidense a un acuerdo que preservaría los derechos legales de cualquier pescador u otras partes que ayuden en los esfuerzos de limpieza. BP había solicitado previamente a los pescadores que firmaran contratos que limitaban sus derechos de demandar a la petrolera por daños resultantes de la limpieza.
Gowers calificó como un "disparate" una declaración de un trabajador que estaba en la plataforma en el momento de la explosión el 20 de abril de que estaba perforando a más de 6.700 metros de profundidad, a pesar de que BP sólo tiene permitido perforar a entre 5.400 metros y 6.000 metros de profundidad. El vocero agregó que la plataforma podía perforar hasta poco más de 6.000 metros y que había llegado hasta 5.500 metros.
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