Tras la promesa de British Petroleum (BP) de completar la construcción de un conducto para minimizar el derrame de petróleo a menos de una milla de la superficie marítima en el Golfo de México, los gobernadores de cuatro estados norteamericanos se reunieron para entablar conversaciones de emergencia y determinar las acciones para contener el desastre ecológico y económico.
Con tecnología que se parece más a la de Heath Robinson que a la del siglo XXI, los ingenieros en el Puerto Fourchon de Louisiana dieron los últimos retoques a la primera de las cajas de 90 toneladas, a la que llaman cofre-represa. La idea es contener el petróleo que brota a borbotones desde un caño roto y dirigirlo desde lo que será una tubería gigante hasta un barco cisterna que esperará arriba. Los técnicos esperan estar en condiciones de empezar con la tarea en unos pocos días.
Pero con la advertencia de BP de que esta táctica nunca ha sido ensayada con anterioridad, no ha habido tiempo para concretar preparativos contra la acechante y resbalosa costa. Más de 10 mil voluntarios se movilizaron a lo largo de la costa para instalar bombas y desplegar escuadrillas de limpieza.
El presidente Barack Obama se comprometió a ayudar a la región a recuperarse del impacto económico del desastre. “Estamos comprometidos a impedir –lo más que se pueda– el daño económico a partir de trabajar para contener el impacto de este devastador derrame”, manifestó. Las pesqueras que se ubicaban en la costa del Golfo dieron ya por terminadas sus actividades.
Mientras tanto, Nueva Orleans se está convirtiendo lentamente, por segunda vez en cinco años, en líder en equipos de abogados especializados en litigios posdesastres. Miles de denuncias contra BP ya han sido recibidas, especialmente las que se refieren a pérdida de ingresos a causa de la tragedia. “Existe un proceso de denuncia que es muy claro y ha sido difundido públicamente”, anticipó a posibles demandantes Lucía Bustamante, la directora de asuntos externos de la compañía. “Lo que les aconsejo es guardar la documentación de todo. La van a necesitar.”
Los intentos de BP para activar una válvula en el fondo del mar para impedir la pérdida resultaron infructuosos y el promedio de derrame siguió siendo de alrededor de 210 mil galones por día.
La compañía afirmó que el trabajo para realizar un pozo de descongestión ya ha comenzado. Pero tardará tres meses hasta que los nuevos agujeros permitan a los ingenieros llenar los primeros pozos con barro y concreto para parar el derrame.
“Es un enorme inconveniente”, dijo Charlie Crist, el gobernador de Florida, antes de sobrevolar el área de desastre. El mandatario iba a reunirse con los gobernadores de Louisiana, Mississippi y Alabama en Mobile. “Es increíble la magnitud de este suceso. Claramente, cada esfuerzo debe ser puesto en tapar la perforación y detener la hemorragia”, afirmó.
Mientras que varios días de tormentas han obstaculizado los intentos de quitar algo del petróleo, el clima inclemente, en realidad, terminó lavando y dispersando el crudo por medios naturales. “Fue una gran ayuda para la costa”, reconoció Ed Overton, de la Universidad estatal de Louisiana. “Fue la madre naturaleza quien vino a nuestro rescate por un par de días.” El clima más apacible permitió retomar los trabajos de las cuadrillas de limpieza. La marea también ha empezado a mostrar signos de reorganización, cuestión que depende también de las corrientes. El mecanismo habitual enlaza la corriente en el Golfo para que ésta se sume a la marea y converja hacia la ecológicamente vulnerable Florida y, de allí, hacia Miami y la costa oeste del estado.
Los ejecutivos de BP estuvieron enfocados hacia la política y –especialmente– hacia Washington, desde donde esperan ser pronto interrogados por los congresistas acerca de las circunstancias del desastre. El examen, también, recaerá en el departamento gubernamental que otorga permisos y usufructos para la perforación costera. Darrell Issa, un integrante del Comité de Supervisión y de Reforma del Gobierno, anunció que investigará si a BP se le otorgaron los certificados de aptitud inapropiadamente en el Departamento del Interior.
Las pérdidas ya le costaron 32 mil millones a BP, la tercera compañía de petróleo más poderosa en el mundo. BP había ganado seis mil millones en los tres primeros meses de este año.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Un ecosistema en peligro
Como consecuencia del derrame de petróleo, decenas de tortugas aparecieron muertas en Pass Christian. “El desastre es mucho más grande que lo normal”, admite Moby Solangi, el investigador que dirige el Instituto de Estudios de Mamíferos y Fauna Marina de Gulfport, en Mississippi. La institución ha preparado una serie de piletones para recibir peces y otros animales que puedan resultar lastimados. Solangi está particularmente preocupado por los cerca de 5000 delfines así como por las numerosas especies de ballenas y esturiones del golfo. “Al menos que sea detenido rápidamente, padeceremos consecuencias muy serias para toda la vida silvestre y el ecosistema”, alertó Solangi en relación con la incesante hemorragia de crudo. |
|
|