Personal del Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo y de Defensa Civil iniciaron ayer un relevamiento en los barrios y parajes que quedaron bajo el agua el mes pasado, como consecuencia del desborde del río Salado.
El propósito es evaluar los daños provocados por la crecida para luego determinar cuáles son las medidas más convenientes para el millar de personas que resultaron damnificadas.
Según informaron voceros de Defensa Civil, ayer comenzó el trabajo en los barrios Agua Potable, 17 de Octubre, Matadero y Mitre, donde decenas de viviendas todavía permanecen con abundante barro y agua en su interior, lo que hace imposible que los propietario retornen, al menos, en el corto plazo.
También trascendió que al menos el 40% de las casas inundadas –muchas ubicadas en zonas rurales- seguramente requerirán de mejoras o bien reconstrucción completa, ya que se trata de ranchos que quedaron endebles por la acción del agua estancada durante semanas.
El relevamiento continuará hoy y podría extenderse hasta la semana próxima, revelaron las fuentes.
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