--¿Está muy enfermo el estuario?
--Está efectivamente impactado por diversas actividades humanas. La ciudad, el puerto, las industrias, las descargas cloacales y el dragado alteran el sistema natural del estuario.
--¿Todavía no llegó a la terapia intensiva?
--No hay masiva mortandad de peces ni falta de oxígeno ni calentamientos excesivos, pero igual hay que estar muy atentos, aunque Bahía Blanca cuenta con la permanente vigilancia municipal del Comité Técnico Ejecutivo.
Desde 1983, la salud del estuario de Bahía Blanca ocupa buena parte de la tarea que Jorge Eduardo Marcovecchio, responsable del área de Oceanografía Química, despliega en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO). Por eso, gracias a los datos reunidos en ese centro de investigación que depende del Conicet, dice que se conoce el comportamiento del sistema y que lo extraño se identifica rápidamente.
El investigador enfatiza la necesidad de tratar correctamente los residuos que se vierten a las aguas desde las industrias y las ciudades, como así también de los plaguicidas que se aplican en la zona próxima, y de los sedimentos que se retiran en el proceso de dragado.
Todo eso, para Marcovecchio, es realizable con la suma de pequeños esfuerzos.
Seguro de que es posible lograr un productivo desarrollo industrial sin agredir el ambiente, señala que las diferencias entre la inversión para un buen comportamiento y uno malo no son tan grandes, porque la tecnología facilita muchas cosas.
--¿Qué les puede importar la salud del estuario a quienes sólo quieren ganar dinero?
--Hay que "entusiasmarlos" para que les importe. Primero, muchos de los que dirigen estas actividades son de la zona y, segundo, el gobierno debe controlar, estimular y castigar, si no se cumplen las leyes.
--Pero la planta depuradora cloacal de la Tercera Cuenca que inauguró el gobernador nunca llegó a funcionar en plenitud.
--Ese es un caso muy concreto que debe tratarse prontamente, porque las descargas cloacales resultan muy serias. También me refiero a la cloaca vieja que descarga en la zona del canal de la Ballena, que tenemos monitoreada desde hace mucho tiempo. La de la Tercera Cuenca, sobre el balneario Maldonado, recién trabaja con el 10 por ciento de su área de conexión, pero genera problemas que, cuando se proyectan a la conexión completa, son para preocuparse.
--Para los bahienses de menores recursos económicos, ¿se acabaron los veranos en Maldonado?
--No me animo a ser tan drástico, pero el verano pasado no se pudo usar y fue una decisión sabia, para no arriesgar la salud humana. Si la planta depuradora llega a funcionar como debe, tal vez permita la reapertura del balneario.
--¿Alarma la presencia de metales pesados?
--No, por el momento. Algunos, a lo largo de los años, muestran la misma tendencia, como el cobre y el plomo. Los niveles de mercurio disminuyen notablemente respecto de los años 80, pero otros metales, del tipo del cadmio o el cinc, aumentan.
"El cinc crece con una dinámica más rápida, porque es de uso generalizado y se transporta con mucha facilidad por la atmósfera. En cambio, es más lento el aumento del cadmio, que podría venir de las empresas del Polo y de la basura electrónica, uno de los grandes dramas del mundo".
Pesca, contaminación y ataduras.
--Los pescadores artesanales, respaldados por estudios que ellos encargaron, aseguran que la contaminación ha devastado la pesca.
--Invité a quienes hicieron esos análisis para contrastar sus estudios con los nuestros, pero no lo han hecho. Estoy dispuesto a mostrar mis conclusiones; además, en el mundo existe un sistema internacional de certificación que garantiza la calidad de los datos que uno genera y que son evaluados por laboratorios calificados. Se puede sospechar que un grupo que no está certificado en algún aspecto está metiendo la pata.
--¿Por qué desaparece la pesca?
--En muchísimos lugares, tanto por los contaminantes como por otras causas que aquí no se están considerando, tales como la sobrepesca y los cambios climáticos, que hacen que las especies migren.
--¿Qué condiciones presenta nuestro estuario?
--Ninguna de las especies que se pescan aquí es propia del sistema. Son de la plataforma, ingresan en un momento del año y luego se retiran; es decir, que no se desarrollan aquí.
"Igualmente, no conozco ningún fenómeno de contaminación que sólo dañe a las especies de interés comercial. Cuando un sistema está afectado, se mueren el plancton, los peces, las aves y los mamíferos.
"Me cuesta entender que en uno biológicamente tan activo como este sólo se impacte en un grupo de peces".
--¿Advierte una excesiva tolerancia de la parte científica al abordar las responsabilidades del Polo Petroquímico?
--A estos temas hay sostenerlos sobre datos concretos y no sobre presunciones. Por más de 10 años, se midieron valores de contaminantes más bajos en las zonas próximas al Polo que en la de la descarga de las cloacas. El Polo tiene responsabilidades, pero no son las principales.
--¿Son válidas las presunciones?
--Sí, pero los científicos debemos sostenernos sobre datos. Lo que puedo corroborar lo valido y lo publico. Yo no me guardo los informes en los cajones.
--Los aportes económicos de las industrias para la investigación, ¿pueden comprometer resultados?
--Nuestro instituto no recibe aportes de ninguna empresa. No tengo ataduras y podría entender que me pregunte eso si yo dijera que Bahía Blanca es un paraíso, pero afirmo que hay cargas de contaminantes y situaciones, que no son peligrosas ni críticas, pero que se deben controlar.
"Y no es mi versión de hoy, sino que la muestran mis trabajos publicados en los últimos 25 años".
--¿Quién puede resultar la mejor garantía para los controles?
--La sociedad se da cuenta de que el estuario es de todos y no sólo de los científicos, los pescadores, el Consorcio del Puerto o la Prefectura. Y esa es la mejor garantía de control.
Ricardo Aure
La Tierra y los humanos
1
--¿Qué avizora del planeta, frente al creciente hiperconsumo humano?
--Esta presión sobre los sistemas naturales es terrible. Es grave si se limitase a generar alimentos para los más de 7 mil millones humanos que estamos en el planeta, y terrible si le agregamos las materias primas que demandan la estructura de confort, los combustibles, la energía. Esto será insostenible.
2
--¿Qué podría evitarlo?
--Un cambio cultural que nos lleve a otro estilo de sociedad y de vida, donde el consumo pase a ser un elemento más y no el primero.
3
--Los humanos, ¿estaríamos dispuestos a vivir con más austeridad?
--O conscientemente nos damos cuenta de eso, y producimos un cambio, o la Tierra dirá basta y empezará a dar respuestas más duras. Cuando vemos los potenciales efectos generados por el cambio climático o el calentamiento global, debemos reaccionar rápidamente, lo que no significa que sucederá en cinco días, porque se trata de procesos de 200 años. Pero hay que hacerlos de una vez; de lo contrario, se agotarán los tiempos planetarios.
4
--¿Podrá la Tierra "sobrevivir" sin hombres y mujeres?
--En el ciclo natural del planeta, hay muchas especies que se han extinguido y la Tierra igual sigue funcionando. De sus 4.500 millones de años, sólo hace dos millones que nos tiene. Somos una especie más, y si seguimos tirando de la soga, es mucho más probable que se corte para nosotros que para el planeta.
5
--¿Nos daremos cuenta de eso?
--Nos daremos cuenta por las "buenas" o por lo que tendremos que enfrentar.
Protagonista.
Investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente universitario, Jorge Marcovecchio es marplatense y tiene 54 años. Licenciado en biología marina y doctor en ciencias biológicas (Universidad Nacional de Mar del Plata), cumplió su posdoctorado en la Universidad de Ehime (Japón). Desde 1983, vive en Bahía Blanca.
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