Luego del fracaso del primer intento de controlar un gran derrame de crudo en el lecho marino del Golfo de México, las cuadrillas de rescate de la petrolera British Petroleum (BP) planeaban ayer abandonar un enorme domo de contención en el fondo del mar y tapar el pozo con toneladas de barro y cemento.
Mientras miles de litros de petróleo continuaban alimentando una descomunal marea negra, BP ordenó el envío de más equipos y personal especializado al epicentro del desastre para intentar cerrar el pozo con toneladas de lodo y cemento inyectadas a través de un gran ducto desde la superficie.
Esta nueva operación demandaría entre dos y tres semanas, pero el gigante energético británico también evaluaba otros tres métodos diferentes y aún no había decidido cuál usar.
Antes de proceder con las nuevas técnicas, las cuadrillas deberían reubicar el domo de contención en el fondo, a 490 metros del lugar del vertido, más lejos de donde lo dejaron el sábado luego de que cristales de hielo taponaran su pico cuando estaba sobre el derrame.
Podría pasar al menos un día antes de que BP pueda volver a intentar colocar la estructura sobre el pozo, que derrama más de 757.000 litros de crudo por día desde el 20 de abril pasado, cuando explotó y se hundió la plataforma Deepwater Horizon.
El primer intento de frenar el derrame falló cuando el pico que corona la cúpula quedó bloqueado por cristales que se formaron en las heladas aguas profundas, y que impidieron la succión del crudo hacia un buque supertanquero en la superficie.
Los equipos de emergencia demoraron casi dos semanas en construir la pieza de acero y concreto, y tres días en trasladarla a 80 kilómetros de la costa y bajarla hasta el pozo, pero la temperatura de las aguas era demasiado baja.
Directivos de BP no descartaban que se pudiera cerrar el pozo con un domo de contención, sea el ya usado u otro que se está armando, para que capture el crudo y lo canalice a un barco cisterna.
Sin embargo, dijeron que pasarían días antes de que pudieran hacer otro intento, mientras ayer llegaban lenguas de alquitrán a las costas de Alabama, más al este de las manchas delgadas que se vieron en los pantanos de Luisiana.
En tanto, el secretario de Justicia norteamericano, Eric Holder, reveló ayer que envió a algunos colaboradores para verificar si hubo errores, actos ilícitos o abusos en relación con la fuga de petróleo.
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