Ante los anuncios que se pronunciaron en el marco mundial que preanuncia una creciente demanda y alto déficit de recursos naturales, el gobernador Gildo Insfrán llamó a los formoseños a tomar conciencia sobre la necesidad de proteger los diversos ecosistemas.
Instó a tener siempre presente la interrelación de los recursos hídricos con los otros elementos del ambiente y sobre la necesidad del equilibrio entre el desarrollo y la protección ambiental, trabajándolos, también, desde el sistema educativo.
“No en vano hemos decidido que nuestro lema para el año del Bicentenario sea el Agua”, anunció.
Indicó Insfrán que ante los cambios globales, como el crecimiento de la población, el incremento de la urbanización, el aumento de la demanda de alimentos, el cambio climático y las crisis económicas, el tema del agua ocupa un lugar de preeminencia en las decisiones sobre políticas públicas que se deben adoptar y en la que los formoseños mucho tienen para decir.
Hizo notar que el agua, fuente de vida, es un bien escaso considerado un recurso valioso por todos los estados y que es suficiente con leer las noticias del mundo para advertir la importancia que guarda en la actualidad, considerando que, sin pecar de pesimista, la perspectiva que asoma en el futuro con el vital líquido es bastante sombría.
Expuso Insfrán que suministrar el agua necesaria para alimentar a una población que va en aumento y equilibrar dicho suministro con el resto de demandas de agua supone uno de los grandes desafíos de este siglo, así como garantizar la cantidad de agua necesaria para los caudales medioambientales y para la industria que hará que aumente aún más el gravamen sobre los recursos hídricos.
"Además, proporcionar agua a los 1.100 millones de personas que todavía no tienen acceso a su suministro y a los 2.600 millones de personas que no tienen acceso a un sistema de saneamiento hará que el desafío sea todavía mayor", expresó para recordar: "Los formoseños tenemos agua".
Con este escenario instó a advertir la relevancia estratégica del Plan de Acción de Manejo Hídrico encarado, precisando que la política hídrica tiene un carácter totalizador, tendiente a abordar en forma simultánea el agua en sus múltiples facetas climáticas, su exceso y su escasez, su utilización y gestión, de tal manera que cada acción conforme un eslabón valioso para la formación del paradigma de una nueva cultura del agua.
Indicó que desde esa perspectiva se aborda el fenómeno desde los diferentes usos de los recursos hídricos, tales como la provisión de los servicios de agua potable y saneamiento, la producción agropecuaria e industrial, la pesca, la generación de energía y el transporte fluvial, hasta los problemas causados por inundaciones, sequías, contaminación de cuerpos de agua y enfermedades relacionadas con la misma.