En cuanto a los contenidos de la discusión, el ombudsman explicó que la misma se centró en dos ejes: la bajante del agua que aporta la cuenca y la suba de contaminación, “porque son los dos problemas que más aquejan a la Laguna de Mar Chiquita: la contaminación de la cuenca y que esta arrastra hasta la laguna, que es su desembocadura natural. Y el uso que se hace del cupo de agua en todo el recorrido, ya que el abuso o el exceso sobre el mismo inevitablemente afecta al caudal que recibe la laguna”.
Respecto del caudal del agua, Decara evalúa que es necesario actualizar el convenio de uso de agua de esta cuenca entre las provincias de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero: “Se debe replantear la cuota de agua para cada provincia. Si bien el agua debe ser resguardada como un derecho humano para el consumo que cada provincia hace, es necesario respetar su uso para preservar la biodiversidad y los ecosistemas”.
En cuanto a la contaminación, el defensor considera que la mayor prioridad es requerir información al gobierno nacional sobre la marcha del Programa de Reconversión Industrial planteado con el fin de modificar los sistemas productivos de las industrias que vierten sus efluentes a la cuenca. A la vez, afirma que son necesarias acciones integrales y la colaboración de todos los sectores involucrados para su saneamiento: “El Estado nacional, los gobiernos provinciales, los sectores productivos, las industrias de la zona, todos deben aportar su parte. Va a ser muy difícil lograr una solución sin el compromiso de todos”.
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