Esta fue la principal conclusión a la que arribaron tanto la revista Traveler –de National Geographic–, como el Centro de Viajes Responsables (Crest, por sus siglas en inglés), organización adscrita a la Universidad de Stanford en Estados Unidos.
En una de sus últimas ediciones (diciembre 2009), la revista publicó su ranquin de los 133 mejores destinos del mundo.
Traveler ubicó a los países en cinco categorías: los mejor calificados, los que están bien, los que están en la cuerda floja, los que tienen problemas y los peor calificados.
Costa Rica fue ubicada en la tercera categoría (en la cuerda floja).
“La reputación verde de este país ha logrado que los panelistas la mantuvieran en los primeros lugares. Otros factores influyen en la puntuación (62 de 100): ‘hoteles de gran escala’ que se elevan en la costa del Pacífico”, apuntó la publicación de viajes.
El estudio de Crest igualmente cuestiona el levantamiento de grandes hoteles y complejos residenciales en las provincias de Guanacaste y Puntarenas.
De acuerdo con el estudio –cuya dirección aquí estuvo a cargo del consultor ambiental Érick Vargas–, estos desarrollos inmobiliarios generan una presión y un impacto en los recursos naturales de la zona, tales como la disponibilidad de agua, el suelo y el aire, pero también en la flora y en la fauna.
Una de las zonas donde el desarrollo se evidencia con preocupación es Osa, porque las montañas tupidas se mezclan paulatinamente con el cemento, según ha advertido el Tribunal Ambiental.
Datos del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos indican que en ambas provincias se construyeron poco más de 2,5 millones de metros cuadrados en el 2008, en pleno boom inmobiliario.
Esta cifra representó poco más del 40% del total construido en Costa Rica en ese año.
Reacciones. Alfio Piva, primer vicepresidente de la República y coordinador del sector ambiental, reconoció la existencia de un “desorden” territorial en las zonas costeras del Pacífico.
“El Pacífico hay que ordenarlo. Si uno procura un desarrollo armónico, a todos les va mejor: a los dueños les revaloriza la tierra y el turismo se pondría las pilas... Tendríamos playas bonitas, no como Tamarindo que está feíllo, por desordenado”, argumentó Piva.
El Vicepresidente instó a los municipios a asumir su responsabilidad en el trámite y aprobación de permisos. Destacó la necesidad de contar con planes reguladores.
Luis Centeno, presidente de la Cámara de Turismo de Osa, respaldó la posición de Piva en cuanto al crecimiento casi desmedido en algunas zonas costeras, pero aseguró que el país hace esfuerzos importantes por proteger sus recursos naturales.
Una de estas iniciativas, expuso Centeno, es la que llevan a cabo los 96 afiliados a la Cámara (entre hoteleros, dueños de restaurantes, desarrolladores inmobiliarios y guías turísticos), quienes se comprometieron a realizar todas sus actividades de manera sostenible a más tardar en el 2012.
“Queremos que vengan empresas que generen empleo, pero que a la vez ayuden en la filosofía de la conservación, y que las actuales sigan por la senda de la conciencia ambiental”, manifestó.
Wilfrid Aiello, gerente general de Horizontes, agencia de viajes de turismo que cuenta con la más alta calificación en sostenibilidad dada por el Instituto Costarricense de Turismo, dijo que el camino del país para no perder su imagen ‘verde’ es duro pero no imposible.
“No queremos llegar a ser un Cancún (México) o una Punta Cana (República Dominicana). Nuestro fuerte está en el desarrollo con responsabilidad, y esa es nuestra gallina de huevos de oro”, precisó. Colaboró Irene Vizcaíno
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