Desde la Dirección de Derechos Sociales de la Defensoría del Pueblo de la Nación, se presentó un informe de la situación de la cuenca Salí-Dulce, durante la reunión de Defensores del Pueblo, realizada la semana pasada en Miramar, Córdoba.
El informe establece que “la principal fuente de contaminación del agua es la cachaza y vinaza de los ingenios azucareros, que representan el 65% y el 17% de la contaminación total.
En segundo lugar se encuentran los efluentes de las empresas citrícolas, y en tercer lugar, los líquidos cloacales sin tratar (aportan el 9 y 2% de la contaminación, respectivamente).
Además se afirma desde la Defensoría que “los efluentes de la empresa minera la Alumbrera contienen metales pesados como arsénico, hierro, cadmio, cromo, etc, que (hasta 1997) eran vertidos sin tratar en el canal pluvial DP-2 que desagua en el río Salí”.
Sobre el canal se afirma que “no se encontraba correctamente revestido por lo que estos contaminantes pudieron percolar produciendo, además, la contaminación de las napas que constituyen la fuente de agua potable para muchas decenas de miles de familias”.
Y si bien la minera Alumbrera inauguró en 2001 una moderna planta de proceso de filtrado y un laboratorio de control de calidad de aguas, la Defensoría sostiene que “las altas concentraciones de estos metales pesados vertidos anteriormente persisten en el sistema”.
En resumen, para el organismo la contaminación de las aguas de la cuenca tiene su origen en el vertido de cachaza y de vinaza por parte de los ingenios, los efluentes de empresas citrícolas, la materia orgánica proveniente de los frigoríficos, los efluentes de las papeleras y de las industrias no contempladas en el PRI -aproximadamente 60-. y los cloacales, además en suspensión y lixiviados provenientes de basurales a cielo abierto. También se indica que en el caso del problema de la vinaza “no fue resuelto de fondo” y en el de los frigoríficos “aún no se han iniciado las acciones para que produzcan de manera más amigable con el ambiente”.
Remarca además que sigue sin solución el problema de los basurales a cielo abierto porque “no se está abordando con fuerza, a excepción de la futura planta de tratamiento de efluentes cloacales, en Río Hondo. Los dos grandes problemas que repercuten en el lago de Las Termas son la colmatación del embalse y la contaminación de sus aguas, ocasionados por un “manejo inadecuado de la cuenca alta”, en Tucumán.
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