La paciencia de los políticos se está agotando con la petrolera BP, que sigue sin impedir que un pozo submarino abierto siga derramando petróleo en las aguas del Golfo de México, y en un nuevo esfuerzo, cuadrillas de trabajadores sumergieron una caja de contención al lecho marino en un intento por taponar el pozo y canalizar el crudo.
En audiencias del Senado el martes, los legisladores censuraron a directivos de BP PLC y sus asociados en la perforación petrolera por sus intentos de culparse mutuamente.
Se les pidió que explicasen una "cascada de fallas" que condujo a la catastrófica explosión de una plataforma submarina que mató a 11 trabajadores y ha vertido por lo menos cuatro millones de galones de petróleo en el Golfo durante tres semanas.
"Si ésta es como otras fallas catastróficas de sistemas tecnológicos en la historia moderna, sea el hundimiento del Titanic, (el accidente de) Three Mile Island o la pérdida del (transbordador espacial) Challenger, probablemente descubriremos que hubo una cascada de fallas y errores técnicos, humanos y regulatorios", dijo el senador demócrata Jeff Bingaman, titular de la Subcomisión de Energía y Recursos Naturales.
Ejecutivos de BP, la propietaria de la plataforma Transocean Ltd y la contratista Halliburton Co., entre otras, eran aguardados nuevamente el miércoles en el Capitolio para otra audiencia de una subcomisión de la Cámara de Representantes.
El más reciente intento de BP por contener el derrame fue la caja de contención que llegó al lecho oceánico durante la noche del martes.
La primera caja descendida la semana pasada pesaba 100 toneladas y la empresa esperaba que pudiese canalizar 85% del petróleo filtrado para subirlo a superficie. Una segunda caja es mucho más pequeña, de apenas dos toneladas.
Sin embargo, en un nuevo indicio de que el derrame está empeorando, las autoridades de la vida silvestre en Luisiana dijeron el miércoles que la contaminación ya estaba llegando al extremo sureste del estado.
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