Todos los estadounidenses estamos de acuerdo en que la tragedia que se despliega en el Golfo de México es algo que nunca queremos que se repita. Pero muchos, en los medios de comunicación, en Washington o incluso a lo largo de la costa del Golfo, concluyen que a pesar de este desastre, tenemos que seguir con las perforaciones petroleras en el golfo y otras áreas de alta mar, porque simplemente no tenemos otra alternativa. Esto no es cierto, ni correcto. La realidad es que sí tenemos opciones, más de las que muchos pensamos.
Opciones. Les propongo dos: una, que se espera sería presentada por un grupo ecologista y otra que podría sorprenderles.
Más kilómetros. Primero, obtengamos lo máximo de cada barril. Aun con los aumentos en eficiencia de los nuevos autos y las nuevas reglas que dictan un mínimo de kilómetros por litro de nafta, tenemos que asegurarnos de obtener el mayor kilometraje de cada tanque de nafta. Hay mucho más que podemos y debemos hacer para que los autos y camiones usen menos combustible y, así, menos petróleo.
Perforaciones. El desastre de petróleo del Golfo pone énfasis en lo que hemos sabido por décadas. Las perforaciones corren con un alto riesgo y costo ecológico; y transformar la industria automotriz es la manera más significativa para reducir la dependencia del petróleo.
La administración de Barack Obama anunció recientemente normas de eficiencia de combustible y gases de efecto invernadero para los vehículos nuevos, que ahorrarán 2,6 millones de barriles/día para 2030. Aumentar esas normas para lograr 55 millas (88,5 kilómetros) por galón (3,7854 litros), ahorraría otros dos millones de barriles/día en 2030, casi el triple del 1,6 millón de barriles de petróleo que recibimos hoy del Golfo.
Sumarle a eso eficiencia de combustible en vehículos pesados, la aviación y los edificios, y promover el desarrollo y tránsito sostenible y combustible bajos en carbono sostenibles, ahorrará aún más petróleo y dinero.
Segundo: obtener máxima extracción de los campos de petróleo existentes.
Aunque pocos lo saben, hay una gran cantidad de petróleo, entre 55 y 75 por ciento del descubrimiento original, que sigue atrapado en pozos petroleros después de que se han agotado los métodos convencionales de extracción.
Podemos obtener más petróleo a través de un proceso que utiliza anhídrido carbónico (CO2) para recuperar una parte importante de lo que queda. En ciertas zonas, los operadores de campos de petróleo lo han hecho por 35 años, usando CO2 en campos empobrecidos, que se mezcla con el petróleo que aún queda en los pozos, lo que permite que se bombee más a la superficie (...).
La solución a nuestra dependencia de fuentes inseguras de petróleo (en alta mar) es obtener mucho más kilómetros del petróleo que utilizamos y conseguir más petróleo de los campos que ya hemos perforado; no seguir expandiendo la exploración sin razón y con más riesgo, como lo que sucede en el Golfo.
*Miembro del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, Nueva York, Estados Unidos |
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