La presidenta Cristina Kirchner aprovechó la asunción del nuevo primer ministro británico, David Cameron, para enviarle ayer por carta sus buenos augurios y un pedido formal de que detuviera la exploración petrolera unilateral en la zona de las islas Malvinas.
"Espero tenga usted la posibilidad de detener esas acciones en beneficio de una cooperación fructífera con mi país", le escribió la Presidenta, según el texto difundido por la Casa Rosada.
La Presidenta había criticado a Gran Bretaña por su "ejercicio de colonialismo" sobre las Malvinas durante su discurso en Tierra del Fuego, el 2 de abril pasado, a 28 años de la invasión argentina al archipiélago.
Cristina Kirchner consignó que "recientemente se han iniciado acciones de exploración de hidrocarburos de manera unilateral en el área en disputa, lo que ha sido rechazado" por su gobierno.
Volvió a reclamar negociaciones sobre la soberanía en el archipiélago. "Con ese mismo espíritu de colaboración, quiero expresarle la voluntad del gobierno argentino de reanudar el demorado proceso de negociación sobre la soberanía de las islas Malvinas, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas [ONU]."
Tras reclamar en enero pasado el cese de la exploración petrolera, Cristina Kirchner logró un mes después que todos los países de la Cumbre de la Unasur y el Grupo Río rechazaran en México esas exploraciones en las islas. El canciller Jorge Taiana, además, visitó el 25 de febrero al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que intercediera ante Gran Bretaña.
En México, y en sucesivas oportunidades, Cristina Kirchner acusó al Reino Unido de "violar desde 1965 las resoluciones de la ONU, pese a ser miembro del Consejo de Seguridad de ese organismo". Y pidió a los países centrales, como los Estados Unidos, que "intervinieran".
Ese reclamo, por caso, fue reiterado en marzo ante la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, durante una reunión en Buenos Aires.
La exploración continuó y, la semana pasada, una de las empresas que perforó en la zona aledaña a Malvinas anunció el hallazgo de petróleo de buena calidad.
Doble estándar
La línea argumental de la Presidenta es que los países más influyentes "pueden violar esas resoluciones", mientras que los "países débiles" son obligados a respetarlas en lo que consideró un "doble estándar".
Desde Londres, el gobierno británico del laborista Gordon Brown hizo saber de inmediato que no aceptaba la mediación de la ONU por considerarla "no necesaria".
Pese a los reiterados reclamos, para muchos observadores de la relación bilateral el Gobierno reaccionó tarde a la iniciativa británica y cuando ésta ya estaba muy avanzada. Además, una de las debilidades de la política exterior argentina es que no cuenta hoy con embajador ante Londres, ya que el designado José Nunn no tiene acuerdo del Senado.
Ante la asunción del conservador David Cameron, la Presidenta intentó acercar posiciones en el conflicto. Se dirigió por carta al nuevo líder. Escribió allí: "Deseo transmitirle en nombre del gobierno argentino y del mío propio nuestros deseos de éxito en su gestión".
La Presidenta redactó en el texto que la crisis económica en la Unión Europea "pone en evidencia la importancia de seguir construyendo una comunidad internacional capaz de encarar con visión renovada a los problemas más graves y urgentes de la agenda global".
LA POSICION DURA DEL NUEVO PREMIER
Parece difícil que David Cameron, el nuevo primer ministro británico, acepte el pedido de Cristina Kirchner de detener la exploración petrolera en Malvinas. En febrero pasado, como líder de la oposición, Cameron protestó severamente por la actitud de supuesta neutralidad sobre el conflicto bilateral que había asumido la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. "Creo que fue decepcionante", dijo en aquel momento. En los medios británicos especularon en los últimos días con que su posición sobre Malvinas será todavía más dura que la desplegada por su antecesor, el laborista Gordon Brown.
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