El canciller uruguayo, Luis Almagro, les bajó el tono a las críticas que había hecho el miércoles a la propuesta argentina para monitorear la papelera de UPM (ex Botnia) y consideró “muy interesante” el plan de vigilancia argentino, que será analizado el lunes en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).
El gobierno de José Mujica “está considerando” la iniciativa argentina, aseguró ayer Almagro. “Es una propuesta que abre la discusión y está perfectamente dentro de los márgenes de negociación. No podemos decir que sí ni que no”, definió al ser consultado sobre el tema, al término de un encuentro con las comisiones de asuntos internacionales de las cámaras legislativas.
En ese marco, el canciller anticipó que “Argentina irá (a la reunión de la CARU) con una propuesta y Uruguay con otra” y expresó su deseo de “conciliarlas” en la discusión que necesariamente darán los técnicos de los dos países.
El punto que generó el nuevo roce tiene que ver con dónde se tomarán las muestras para hacer el control ambiental. La postura uruguaya es que el monitoreo debe hacerse sobre el río y no sobre la papelera, lo que indica que no estarían dispuestos a aceptar un control binacional sobre el tratamiento de los desechos líquidos que la pastera vuelca al río ni sobre el procesamiento de sus residuos sólidos. De todas formas, ayer el canciller no fue tan tajante e indicó que el tema tendrá que discutirse.
En la audiencia con los legisladores, el funcionario debió dar explicaciones sobre el respaldo que dio Uruguay a la designación de Néstor Kirchner al frente de la Unasur. Almagro se mostró satisfecho porque, dijo, encontró la “más absoluta comprensión” de parte de los legisladores. El canciller admitió que hubo “planteos con cuestionamientos, que obviamente deben existir, pero los matices quedan superados por la intención de hacer prevalecer el interés nacional”.
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