BP PLC proclamó el do¬mingo el primer avance en sus esfuerzos por detener el derrame de petróleo en el Golfo de México, después de insertar exi¬tosamente un tubo dentro del oleoducto perforado del que se está filtrando crudo al océano. El combustible empezó a ser bombeado a la superficie.
Se estaba quemando gas en la super¬ficie, una prueba de que había encontra¬do una forma de escapar desde el fondo. BP informó que petróleo también estaba llegando al Enterprise, la embarcación ubicada sobre el pozo en problemas.
Aún no está claro si o por cuánto tiempo funcionará la nueva operación. El tubo, doblado en uno de sus extremos como un gancho y equipado con alerones de goma que se acomodan en el ducto roto, tiene la función de bombear el cru¬do filtrado a la superficie, a unos 1.500 metros de distancia.
"Todos están entusiasmados ahora", manifestó Richard Lynch, quien encabe¬za el esfuerzo submarino de la petrolera británica para contener el derrame.
Durante las últimas tres semanas, miles de barriles de petróleo se han fil¬trado a diario desde la explosión de una plataforma conectada a un pozo ubicado a 1,6 kilómetros bajo el mar. La situación tiene el potencial de causar una catás¬trofe ambiental a lo largo de la costa del Golfo de México. La filtración se produjo tras la explosión y posterior hundimien¬to de la plataforma Deepwater Horizon que Transocean operaba para BP. En el accidente murieron 11 trabajadores.
El ducto conectado al tubo está lleno de nitrógeno, que está siendo manipula¬do de forma gradual para permitir que el gas y el crudo fluyan dentro del tubo. El proceso deber ser realizado lentamen¬te para impedir la filtración de agua de mar en el ducto, la cual puede formar hidratos.
Sin embargo, incluso en el mejor de los casos, el tubo no podrá capturar todo el crudo del derrame. Ejecutivos de BP dijeron que aún era muy pronto para de¬terminar qué porcentaje de petróleo y gas está siendo capturado.
La maniobra, en todo caso, no consti¬tuye un avance en la meta de la petrolera de sellar por completo el pozo, en lugar de simplemente contener el derrame. Se espera que ese proceso demore semanas o incluso meses.
El éxito inicial de BP se produce en momentos en que científicos están cada vez más preocupados por los daños eco¬lógicos causados por el crudo que ya se ha escapado y que, por ahora, yace bajo la superficie del Golfo.
Investigadores a bordo de una em¬barcación que ha estado estudiando el petróleo submarino han detectado una mancha de entre 24 a 32 kilómetros al sudoeste del derrame a profundidades de entre 700 metros y 1.300 metros, dijo Raymond Highsmith, director ejecutivo del Instituto Nacional de Ciencia y Tec¬nología Submarina, un consorcio univer¬sitario con sede en Mississippi, que coor¬dina la investigación del buque.
Highsmith resaltó que los investiga¬dores no saben a ciencia cierta cuánto petróleo hay en la columna, dónde ter¬minará o qué tipo de daño provocará. "Es mucho más difícil estudiarlo a esas profundidades que en la superficie", agregó.
El crudo submarino podría elimi¬nar grandes cantidades de oxígeno en las profundidades del océano, perjudi¬cando desde corales hasta calamares, indicó Highsmith. Eso, a su vez, podría representar un peligro para mamíferos como las ballenas, que se alimentan de animales que viven en el suelo marino. La Guardia Costera de EE.UU. ha reportado brillo de petróleo en las Islas Chandeleur, cerca de Louisiana.
El domingo en Venice, Louisiana, uno de los puntos terrestres más cercanos al derrame, no había señales de crudo. Pero tampoco había pescadores, quienes esta¬ban en casa debido a las fuertes tormen¬tas y al cambio constante de las reglas sobre lo qué pueden y no pueden pescar como consecuencia de la crisis. "Están llegando menos pescadores y más tra¬bajadores de los equipos que tratan de contener el derrame" dijo Nancy Ngu¬yen, una camarera del restaurante Craw Gator?s Bar & Grill, de Venice.
En las oficinas de BP en Houston, mientras tanto, una sensación palpable de alivio empezó a cobrar fuerza el do¬mingo ante la posibilidad de que los in¬genieros de la petrolera británica final¬mente encontraron la forma de contener el derrame.
"Todo el mundo tiene mejor ánimo", dijo Lynch, quien lidera los esfuerzos de contención submarina de BP desde el primer día. De todas formas, el ries¬go de fracasar seguía siendo alto. Nadie ha intentado algo semejante a estas pro¬fundidades.
Cerca de 500 personas trabajan las 24 horas del día en las oficinas de BP en Houston. Expertos en perfora¬ción y control de pozos de petroleras como Exxon Mobil y ConocoPhillips trabajan junto a los empleados de BP, al igual que funcionarios de la Guardia Costera y otras agencias del gobierno estadounidense. El ritmo es agotador y procesos que pueden durar años se comprimen en unas pocas horas. "Ha¬bitualmente, la selección de concep¬tos demora meses", reconoce Lynch, el ejecutivo de BP. "Aquí, lo que pen¬samos en la mañana lo empezamos a poner en práctica en la tarde".
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