El grupo petrolero British Petroleum (BP) logró ayer por primera vez bombear petróleo que salía del pozo siniestrado situado en el Golfo de México, gracias a un tubo conectado a un barco en la superficie, anunciaron las autoridades norteamericanas pasado el mediodía.
El tubo, que el grupo británico intentaba instalar desde el viernes, fue "probado" con éxito e insertado en el pozo que sufre la fuga, "recogiendo cierto volumen de petróleo y gas", indicó el centro del comando de operaciones de socorro.
El crudo fue acopiado a bordo de un buque contenedor, mientras que el gas fue quemado en la superficie, según señala un comunicado. La petrolera había encontrado un nuevo escollo -la noche del sábado- en su intento de reducir la cantidad de crudo que brota de la plataforma destruida.
Mientras BP aceptaba ayer en la mañana su nuevo fracaso, algunos científicos anunciaron el hallazgo de enormes columnas de petróleo bajo la superficie. No obstante, la petrolera confiaba en que su nuevo experimento iba a dar resultado horas después, pues se trataba de un tubo de más de un kilómetro y medio de longitud, que capturaría la mayor parte del petróleo que fluye al golfo.
Al menos 794.913 litros (210.000 galones) de crudo se derramaron en el Golfo de México desde que la plataforma Deepwater Horizon explotó, dicen las autoridades, mientras investigadores del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Submarina informaron esta semana que habían detectado unas cuatro grandes columnas de petróleo debajo de la superficie hasta más de 1.200 metros de profundidad.
Funcionarios norteamericanos afirman que hasta el momento el derrame ha tenido un impacto mínimo en la costa y para la vida salvaje, pero los restos de crudo y alquitrán han comenzado a llegar a una barrera de islas y playas de Luisiana, Alabama y Mississippi.
Esto hace que científicos y residentes de la Costa del Golfo auguren que este derrame pueda convertirse en el peor desastre ecológico en los EEUU, superando al Exxon Valdez de 1989 frente a Alaska.
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